Fallecido en 2006, Syd Barrett siempre será considerado como el líder original de Pink Floyd y un artista dotado de una exquisita sensibilidad. Fue un genio que acabó perdido en su propio laberinto y que vuelve a ser noticia ante el inminente estreno de un documental que, apadrinado por los propios Pink Floyd, fue rodado bajo total secretismo por Roddy Bogawa e iniciado por el ya fallecido Storm Thorgerson, diseñador gráfico que formó parte de Hipgnosis, colectivo de artistas y diseñadores gráficos que firmaron algunas de las portadas de discos más recordadas de Pink Floyd, Led Zeppelin, Genesis y Black Sabbath.

Titulado ‘Have You Got It Yet?’, este ambicioso largometraje documental abarca desde la realización del primer disco de Pink Floyd, ‘Saucerful of Secrets’ (1968), hasta la colección de ‘The Best of Pink Floyd: A Foot in the Door’ (2011).

Tras su fallecimiento en 2013, Thorgerson fue sustituido por Bogawa, quien se encargó de finalizar la obra junto con Rupert Truman, fotógrafo de StormStudios, y el productor Julius Beltrame. Cabe recordar que la relación de Thorgerson con Syd Barrett y Roger Waters se fraguó durante sus años de estudios en la escuela secundaria. Es decir, que el artista gráfico fue testigo directo de los comienzos de la banda británica, cuyo nombre se debió a Barrett, el cual siempre destacó por su gran pasión por la música.

Sus gustos fueron muy variados pero siempre predominaban el rock, el funk y por encima de todo el blues. Dos de los intérpretes que incluía su colección de discos eran Pink Anderson y Floyd Council.

A través de ‘Have You Got It Yet?’ nos acercaremos a la muy compleja personalidad de Barrett, a través de entrevistas que fueron realizadas a los otros tres miembros vivos de Pink Floyd -Roger Waters, David Gilmour y Nick Mason-, además de la hermana del propio cantante, Rosemary Barrett, y otros reconocidos músicos, entre los cuales figuran Pete Townshend de The Who, Graham Coxon de Blur y Andrew VanWyngarden de MGMT. También aportó su testimonio el dramaturgo Tom Stoppard, el cual se inspiró en Barrett a la hora de recrear el símbolo de las promesas y decepciones de la década de 1960 que aparecen en su obra fundamental de 2006, ‘Rock 'n' Roll’.

Según explicó Roddy Bogawa, «el documental es la trágica historia de Brian Wilson, Kurt Cobain y muchos otros en la música y el arte cuyos impulsos creativos, explosivos a menudo, se basan en una energía frágil y exuberante que se cocina con la presión de su éxito». En su exposición, también añadió que «la película no es solo un retrato de una de las figuras de culto más icónicas de la música a través de la lente y los recuerdos de sus compañeros de banda, amantes, amigos y músicos, sino también una mirada retrospectiva a un grupo de amigos que crecieron a mediados de los años sesenta y su idealismo, ambiciones, esperanzas y sueños durante un momento cultural tan increíble».

‘Have You Got It Yet?’ también se revela como un nuevo homenaje tributado por sus antiguos compañero de Pink Floyd, los cuales lo rememoraron en temas tan imprescindibles de su repertorio como ‘Wish You Were Here’ y ‘Shine on You Crazy Diamond’. Además, el documental contará con el refuerzo de una banda sonora integrada por más de 50 temas de Pink Floyd.

Lejos de la fama, lejos de todo

En cierta ocasión, Syd Barrett dijo: «la mente no tiene límites, pero sí cansancio». Desde muy temprana edad, Barret dio muestras de su gran interés por el arte, en concreto por la pintura y la música.

A la edad de 15 años tuvo su primera guitarra eléctrica, fabricó su propio amplificador e inició su primera experiencia musical tocando en un grupo denominado Geoff Mott and the Mottoes. Asimismo, su padre murió cuando él tenía casi 16 años, tragedia que marcaría para siempre su personalidad.

Convertido en presa de su propio universo de pentagramas y sus demonios internos, fue un referente para muchos músicos de diversos estilos como David Bowie, Marc Bolan, Pete Townsend, Blur, Kevin Ayers, Jimmy Page, Brian Eno, Sex Pistols, The Damned, etc.

Barrett siempre se mostró reacio a la fama, nunca pudo soportarla, y a ello se sumó su adicción a las drogas, una compleja personalidad marcada por traumas y trastornos que, progresivamente, lo acorralaron.

Tan solo encontró cierta calma en su propio mundo interior, en el cual se encerró tras alejarse de los escenarios. Buscó refugio en su casa materna y allí se dedicó a pintar y hacer trabajos de bricolaje en el jardín.

Alcohol, LSD, un trastorno bipolar o un posible Síndrome de Asperger y autismo convirtieron la mente del músico en una caldera a punto de explosionar. Mick Rock, fotógrafo de Pink Floyd, dijo sobre aquella época de frenesí constante que «el piso de Syd era un agujero de mierda. El piso más loco del mundo. Siempre había mucha gente. Era como una estación de metro. Tenía dos gatos, uno llamado Pink y otro llamado Floyd. Vivieron con él hasta que abandonó el piso. De vez en cuando les daba ácido a los gatos».

Su ocaso coincidió con el gran despegue de Pink Floyd. Faltaba a los ensayos, su estado mental era cada vez más preocupante, y dejaba en evidencia a la banda en cada concierto. Cuentan las crónicas que podía tocar durante dos horas el mismo acorde mirando perdidamente al infinito.

Aquella situación se volvió insostenible, lo que derivó en su marcha del grupo, siendo sustituido en la guitarra por David Gilmour. Tras su marcha de Pink Floyd, intentó una breve carrera en solitario que fructificó en la publicación de dos excelentes e icónicos álbumes: ‘The Madcap laughs’ (1969) y ‘Barret’ (1970), ambos compuestos mientras vivía en casa de amigos.

No obstante, y gracias a los beneficios que le dieron sus composiciones con Pink Floyd, pudo vivir de las rentas el resto de su vida. Sin embargo, rehuyó cualquier intento de recuperar su vida o retornar a los escenarios. El 7 de julio de 2006, Syd Barret falleció a la edad de 60 años como consecuencia de una diabetes crónica y posterior cáncer de páncreas.

Entre los temas que compuso figuran de manera destacada ‘Arnold Layne’, ‘See Emily Play’ e ‘Interstellar overdrive’.