Profesionales analizan la «emergencia sanitaria y social» de la salud mental en adolescentes

Una mesa redonda conformada por profesionales analizó las principales problemáticas de la salud mental en menores dentro del curso de verano de la UPV/EHU ‘La salud Mental de nuestras niñas, niños y adolescentes: una emergencia sanitaria y social’.

Ruiz, Calvete y Huguet, durante el curso de verano de la UPV/EHU.
Ruiz, Calvete y Huguet, durante el curso de verano de la UPV/EHU. (Oskar MATXIN EDESA | FOKU)

Los problemas de salud mental en la población infantojuvenil se han convertido en motivo de preocupación entre profesionales médicos, más a partir del aumento de este tipo de problemática a raíz de la pandemia de covid-19. De hecho, el 15,9% de los menores de entre 15 y 19 años afirma padecer problemas de salud mental con mucha frecuencia, mientras que un 36,2% de ellos cuenta con un diagnóstico clínico.

Estos son los datos ofrecidos por el curso de verano de la UPV/EHU ‘La salud Mental de nuestras niñas, niños y adolescentes: una emergencia sanitaria y social’, que se llevó a cabo en Bilbo entre los días 19 y 21 de julio. Una de las numerosas ponencias que tuvo lugar fue la mesa redonda que abordó el tema de las jornadas y en la que participaron los profesionales Marc Ruiz, Esther Calvete y Elena Huguet, moderados por el doctor en Psicología Clínica Iban Onandia.

Trastornos alimentarios

Ruiz, psicólogo especialista en trastornos de la conducta alimentaria (TCA), explicó sobre este tema que está estrechamente relacionado con la regulación emocional. El autor del libro ‘Conducta alimentaria. Más allá del cuerpo y la comida’ afrontó uno de los «mitos» relativos a los TCA y aclaró que «la anorexia no es estar desnutrido; la anorexia es un comportamiento».

En este sentido, apuntó que este trastorno tiene una base psicológica en función al pensamiento de la persona afectada. «Por eso me parece un error intervenir médicamente. Lo que tenemos que hacer es dotarle de recursos para que aprenda a comportarse, que no suscite unas emociones desproporcionadas en una situación que no lo merece», destacó Ruiz, añadiendo que «uno de los mayores errores en salud mental es que se ha querido tener una visión médica de problemas que no son médicos».

El «mito» de los fármacos

Siguiendo este hilo, la psicóloga sanitaria Elena Huguet, que también es investigadora en suicidio en el Programa de Doctorado de la Universidad Complutense de Madrid, explicó que la visión médica ha entendido este acto como «una enfermedad que hay que tratar únicamente con psicofármacos» cuando, de hecho, una vez retirada la medicación es el momento en que se dan más intentos.

«No quiero decir que el modelo médico no ayude, sino que no debe ser la base de la visión de la conducta suicida y, personalmente, creo que tampoco del resto de problemas psicológicos», valoró Huguet. Asimismo, Ruiz detalló que se ha construido un falso relato en torno a los antidepresivos: «Si a un psicofármaco, un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina o de adrenalina, le llaman antidepresivo, se va construyendo una comunidad verbal en la que todos estamos de acuerdo en que cura la depresión, y eso no es verdad».

Si bien Ruiz afirmó que los psicofármacos de este tipo pueden «llegar a salvar la vida de las personas en innumerables situaciones», el psicólogo opina que esto no va a solucionar el problema y que «muchas veces es el mejor sistema para mantenerlo».

Tomar consciencia del problema

Sobre el caso de una «influencer» que se grabó mientras era víctima de una agresión machista, y extrapolando esta situación a la que pueden vivir muchas jóvenes, la catedrática de psicología en la Universidad de Deusto Esther Calvete precisó que el primer paso es «tomar consciencia» y «reconocerse como mujer maltratada». Así, añadió que las «relaciones tóxicas» de pareja pueden influir en otro tipo de trastornos, como los alimentarios o emocionales, pero que «si la víctima no quiere asumir lo que está viviendo, no hay nada que hacer».

Huguet puso otro ejemplo del valor que tienen los «influencers» mencionando el caso de Ibai Llanos y sus intentos por perder peso: «Cuando Ibai dice que está intentando tener hábitos saludables con su cuerpo sin ‘volverse loco’, pero que ninguna dieta le ha funcionado, puede haber un chaval en su misma situación al que ese discurso le ayude».

Sistema médico

Más allá del diagnóstico que pueda hacer desde la atención psicológica, los tres ponentes coincidieron en reivindicar la necesidad de «más comunicación entre profesionales» fruto de un sistema sanitario «más cohesionado». Esto ofrecería, aseguraron, mayor seguridad también a los pacientes. «El sistema es tan complejo que, aunque todos nos queramos unir, no se puede. Se nota mucho en el pronóstico: cuando mayor cohesión hay, el caso va mejor. Cuando psiquiatra, profesores, padres, pediatra… se unen, esos casos van lanzados porque lo que le estás diciendo al menor es que todo el sistema está con él. La sensación de esperanza y pertenencia a una comunidad crea un engranaje en el que el menor está en el centro», reivindicó Huguet.