Sergio Iglesias
Elkarrizketa
Miren Iza
Cantante de Tulsa

«Si te atreves a abordar este tema, hay que hacerlo sin paliativos»

La getxoztarra acaba de publicar ‘Amadora’, basado en esa figura tan habitual en nuestra sociedad, de todas esas mujeres encargadas de los cuidados en todos los ámbitos y las consecuencias que ello tiene en el desarrollo de sus vidas personales, lastradas por esas responsabilidades impuestas.

Miren Iza, cantante de Tulsa.
Miren Iza, cantante de Tulsa. (Aitor LASPIUR)

¿Cuál es el origen de este trabajo tan especial?

Mi tendencia natural es llevar a canción cualquier idea que me surge. En este caso, el motor es un tema muy complicado, como es el dolor que llevo tiempo viendo en muchas mujeres, con un denominador común en muchas situaciones, que es una entrega brutal a los cuidados y al ser el sostén infinito de un entorno determinado. En otros discos te pones a componer y cada universo nace y muere en una canción, pero aquí se me ocurrían un montón de ideas alrededor del tema, porque por un lado está el dolor, que de ahí casi se puede sacar un disco entero, por otro la herencia cultural recibida por ‘Amadora’, y finalmente, la amistad y la búsqueda de apoyos… son diez canciones, pero podían haber sido muchas más.

¿En qué momento ve que estas canciones podrían formar parte también en una obra de teatro?

Se me ocurrió que un disco, quizá se quedaba corto para desarrollar un tema tan peliagudo, y en un principio pensé en una película, pero me pareció demasiado ambicioso y, además, no sabía a quién encargárselo. Así que, enseguida, me vino a la cabeza el teatro, porque me parecía más factible y me gustaba la idea de verlo escenificado. A María Velasco le interesó el tema y se puso a escribir su propia versión de ‘Amadora’, con los conflictos de estas mujeres que están tan dentro de nosotras.

«Eso de ‘nadie lo va a hacer si no lo hace la mujer buena y abnegada’ es una trampa muy sofisticada del patriarcado»

La verdad es que creo que todos y todas conocemos alguna Amadora. ¿Cree que son la consecuencia directa del machismo estructural que domina nuestra sociedad, y que hemos vivido y aceptado, casi de una manera inconsciente?

Sí, totalmente. El patriarcado se ha basado mucho en esa idea de ligar lo eterno femenino a esa idea de que para ser una mujer buena hay que ser una especie de ‘santa-mártir’, entregada a los demás. A veces, es algo muy invisible, y simplificarlo con que ‘nadie lo va a hacer si no lo hace la mujer buena y abnegada’ es una trampa muy sofisticada del  patriarcado, ligado por cierto, al amor romántico… que también podríamos cuestionar desde ahí el concepto de ‘familia’, porque hay muchas cosas heredadas. Al final, esa necesidad íntima que siempre tengo de escribir desde ese sitio muy personal, me hace plantearme un montón de cosas relacionadas con esa temática.

¿Es complicado negarse a seguir ese camino que el patriarcado lleva siglos marcando a la mujer?

Gracias al feminismo te cuestionas todas estas cosas, y eres capaz de ver qué cosas tienen que ver más con el deseo de los demás que con el propio, pero sí que hay muchas dudas en todas las mujeres cuando llegan a la edad de ser madres, y se plantean ese mandato implícito heredado de la sociedad. De hecho, cuando una mujer quiere ser madre y no puede, parece que pierde sentido su identidad, y yo he visto grandes crisis derivadas de ello. Por eso, creo que merece la pena detenerse y desarticular todo esto.

¿Cómo vivió la jornada de huelga el pasado 30 de noviembre?

Lo viví desde la distancia, porque ese día estaba en Madrid. Mi opinión, lógicamente, es que siempre están justificados estos actos de protesta, pero eso sí, sin bajar la guardia ante ese movimiento pendular que se da a veces, de que parece que la cosa puede perder fuelle, por dejar sin contestar algunos argumentos más reaccionarios. Pero por supuesto que creo que es un buen momento para seguir en la lucha.

(Aitor LASPIUR)

¿Y ve algún tipo de avance en la actitud de los hombres?

El avance es de todos y de todas. De todas formas, ni en el disco ni la obra hay ningún tipo de ajuste de cuentas hacia los hombres como agresores, porque no hemos querido reflejar algo especialmente traumático, sino contar la historia de una mujer muy común; es como un diálogo de una mujer consigo misma queriendo desarticular, de alguna manera, lo que hay dentro. Creo que todos y todas hemos avanzado y hemos vivido la experiencia de poder corregir cosas que antes ni siquiera veíamos, y que dábamos por sentadas, y ahora hemos tomado conciencia de que no es así. En cuanto a los hombres en concreto, es que no me gusta generalizar, así que te diría que, como sociedad, al menos hemos puesto el foco y nos hemos hecho preguntas sobre cuestiones que no podíamos eludir por más tiempo.

En las letras se entremezclan pasajes de una oscuridad tremenda con otros más luminosos. ¿Cómo gestionó esta mezcla de sentimientos a la hora de escribir las canciones?

No quería ahorrarme la oscuridad, porque si te atreves a abordar este tema, hay que hacerlo sin paliativos… eso sí, siempre desde un punto de vista poético, porque no puedes olvidar que estás haciendo un disco en el que utilizas la herramienta de la música, que tiene un lenguaje y  unos códigos determinados, para hacer un trabajo con más o menos pretensiones. Así que se trataba de llegar al fondo y en temas que podían resultar muy duros, como ‘024’, resolver ese gran dilema de seguir o no hacia la esperanza, porque tampoco se trataba de hacer un disco terrorífico.

También es verdad que, como lo he hecho con un estado de ánimo positivo, eso me ha permitido tener un pie en cierta ligereza, y las propias texturas musicales tienen una luminosidad y una energía de vida, más que de muerte.

¿Ha habido en este trabajo alguna influencia de lo que anteriormente habían hecho artistas como Zahara o Rigoberta Bandini, reivindicando el papel de la mujer en desde diferentes puntos de vista?

A mí me gusta cuando se me ocurre una idea y veo que, alrededor, hay otras diez parecidas, y me doy cuenta de que no soy ninguna genio (risas). Eso simplemente es un reflejo de que hay un run run social, y que estamos en continuo diálogo y comunicación. Sí que es cierto que, seguramente, sin el ‘Puta’ de Zahara este disco habría sido otro… o sin las canciones de Christina Rosenvinge, o sin las lecturas de Mari Luz Esteban, Chantal Maillard, o Silvia Federici… cosas que he leído de mujeres que me han inspirado y en las que hay un diálogo real, que cada una tiene que trabajar con sus herramientas particulares, pero no cabe duda de que hay un clamor colectivo, y de que sin discos como los que mencionas y otros más, a lo mejor no existiría ‘Amadora’.

«Cuando una mujer quiere ser madre y no puede, parece que pierde sentido su identidad, he visto grandes crisis derivadas de ello. Merece la pena detenerse y desarticular todo esto»

En la parte musical, ¿cómo fue eligiendo los sonidos que iban acompañando cada capítulo de la historia?

Lo primero que me gustaría decir es que creo que este disco merece la pena escucharse seguido, de principio a fin, para seguir ese viaje de Amadora. Y los sonidos sí que los marca cada canción, y en cada una de ellas tenía que saber desentrañar qué es lo que me pedían: unas más preciosistas, otras con bases kraut, con energías más contundentes… de todas formas, hay que aceptar la naturaleza de cada uno y yo tiendo a hacer cierto tipo de melodías o arreglos, que acepto como parte de mi forma de contar las cosas, pero aunque sea un trabajo conceptual, cada tema tiene su identidad propia.

¿Y qué importancia ha tenido, en ese sentido, el trabajo de Ángel Luján en la producción?

En este caso, como el trabajo ha sido conjunto desde el principio, con él puedo hablar a todos los niveles de todos los aspectos del disco, no solo sobre lo musical, y de esta forma, ampliar con su criterio lo que yo ya tenía. Cuando trabajo con gente, me gusta que reinterpreten las canciones y que les revuelva algo en su interior cuando lo hacen. Así que, como la convivencia con Ángel es total, también es un disco muy suyo.

¿Cómo va a manejar esta dualidad de ‘Amadora’ como disco musical y obra de teatro, a la hora de presentar el trabajo?

De momento, han salido varias cosas de teatro y todavía no sé cómo se va a recibir en el mundo musical. A mí lo que me gustaría es que ambas cosas se juntaran en una y se convirtiera en una especie de ‘gran monstruo híbrido’, y que en un tiempo se recordara que en el 2024 hice teatro. De todas formas, también tengo ganas de salir del circuito de siempre, porque el tema de los conciertos está un poco raro, y estar siempre esperando a que te llamen es un poco duro.