Dani Ulecia, la escena alternativa del rock iruindarra
El bajista rockero Dani Ulecia Leoz (Iruñea, 1971) arrastraba desde hace tiempo una dolencia grave, y ha fallecido. Era conocido sobre todo por ser miembro del grupo El Columpio Asesino y había militado también en Catorce de Septiembre y colaborado en la banda Cantina Bizarro, de su hermano Jon.
A caballo entre el siglo pasado y el actual, hubo en la capital navarra una escena rockera distinta, alternativa y original, con protagonistas ya fallecidos como el burlatarra Josetxo Ezponda (Los Bichos) o Roberto C Meyer (Gliter Souls, Brillantina's). A esa onda más oscura y desgarrada pertenecían en origen los hermanos Dani y Jon Ulecia Leoz, el primero de los cuales ha fallecido en su ciudad tras pasar por un proceso de decadencia de su salud.
Guitarra bajo, estuvo en el sexteto Catorce de Septiembre, de orientación estilística y estética influida por el llamado glam rock. Grabaron dos discos, ‘Cuentas pendientes’ (1990) y ‘Deseos prohibidos’ (1992). Se les asoció, un poco abusivamente, con los populares zaragozanos Héroes del Silencio, que encabezaba Enrique Bunbury. Dani colaboró también con el grupo Cantina Bizarro, de su hermano Jon, destacado guitarrista y teclista. Jon Ulecia y Cantina Bizarro editaron las grabaciones ‘Last Night Dream’ (2008) y ‘Frame’ (2012).
Energía rockera más electrónica
Dani, que también ha ejercido como productor, fue miembro como bajista del popular grupo iruindarra El Columpio Asesino, formado en el año 1999. De escapada profesional a los estudios Musicians Institute de Los Ángeles combinó su estancia norteamericana con las actividades rockeras en su tierra y en 2011 se integró en el grupo para la grabación del disco ‘Diamantes’, que les catapultó sobre todo por el contagioso tema ‘Toro’.
Con las voces de Cristina Martínez y Raúl Arizaleta al frente, El Columpio sonaba desde sus inicios al rock acelerado y brusco de grupos como los influyentes norteamericanos The Pixies. En 2001 quedaron en quinta posición en el importante concurso musical Villa de Bilbao. El mismo año ganaron el Proyecto Demo 2001 del Festival Internacional de Benicasim y actuaron en el propio certamen. Siguieron acumulando galardones en 2002 (Lagarto Festival de Jaén, Sol Música y Terra) y en 2003 debutaron con un disco homónimo.
En 2006 revalidaron su oferta discográfica con ‘De mi sangre a tus cuchillas’ y giraron abundantemente, incluso en México. ‘La gallina’ (2008) fue su siguiente grabación y en los años posteriores dieron el salto a otros países como Filipinas, El Salvador o China. Su cuarto álbum fue ‘Diamantes’ (2011) y en 2014 salió su último álbum ‘Ballenas muertas en San Sebastián’.
La particular banda post punk, que ha sabido mezclar la pura energía rockera con la electrónica y los sintetizadores y conseguir un original espacio en el rock vasco y estatal explicaba su filosofía en opiniones como «nuestros conciertos son más efectivos y más próximos en las salas pequeñas que en los festivales. Nos gusta el ambiente oscuro, humeante y vicioso de las salas pequeñas. La electricidad, el sudor, los espasmos, la carne y volumen puede hacer que todos perdamos los papeles. Y pasa lo que pasa».
El Columpio anunció hace unos meses su disolución y el comunicado de despedida decía: «Nos vamos. Lo dejamos, pero no sin antes celebrarlo. Porque las cosas pueden acabar bien o mal y lo nuestro solamente puede acabar como mejor sabemos hacerlo: con una gira de despedida por vuestras ciudades, ofreciéndoos un concierto en el que repasaremos toda nuestra discografía. Por eso os invitamos a encontrarnos por última vez en vuestras salas favoritas, quemando la noche. Sudando la noche. Amando en la noche. Porque somos, sois y siempre seremos, amantes en el precipicio. Muchas gracias por todos estos años».
Ahora, esa despedida grupal se ha vuelto más real al tener que decir adiós a su colega bajista.