Xandra  Romero
Nutricionista

Últimas evidencias sobre el ayuno intermitente

El ayuno intermitente es un régimen alimenticio que consiste en no comer durante un período de tiempo cada día o durante algún día de la semana, dependiendo de las preferencias de cada cual. Recientes estudios parecen confirmar que, además de no conseguir resultados, puede ser hasta peligroso.

Volvemos una vez más con el ‘patrón dietético’ de moda en los últimos años, el famoso ayuno intermitente. Recordemos que esta práctica se basa en alternar distintos períodos de ayuno y alimentación. Es importante recalcar que el ayuno intermitente no es una dieta como tal, sino un régimen alimenticio que, además, cuenta con distintos enfoques de ayuno, es decir, diferentes modelos que se basan en distintos tiempos de ayuno para que cada persona escoja el que más le guste o se adapte a su vida o pueda tolerar.

Además de los numerosos beneficios sobre la salud que se le atribuyen a este régimen, una de las poderosas razones por las que está tan de moda es la cansina atribución de un efecto beneficioso sobre la pérdida de peso pero, a este respecto, no hay más ciego que el que no quiere ver, y es que, si tantas dietas, estrategias y productos fuesen realmente efectivos sobre la pérdida de peso, ¿no se habría erradicado ya la obesidad?

En fin, supongo que tampoco servirá para abrir los ojos el hecho de que hace ya dos años uno de los estudios más rigurosos sobre ayuno que se publicó en el ‘New England Journal of Medicine’, ya encontró que las personas con obesidad a las que se les asignó seguir una dieta baja en calorías y se les indicó que comieran solo entre las 8 a.m. y 4 p.m., no perdieron más peso que las personas que comieron la misma cantidad de calorías durante todo el día sin restricciones sobre los tiempos. Además, ambas dietas tuvieron efectos similares sobre índices como la presión arterial, la glucemia, el colesterol y otros marcadores metabólicos.

Insisto que esta evidencia no es novedad, pero las que sí lo son, son los resultados de un estudio publicado este mismo año y recientemente discutido en ‘Sesiones científicas sobre estilo de vida y salud cardiometabólica’ de 2024 de la Asociación Estadounidense del Corazón. Hablamos de un estudio realizado sobre más de 20.000 adultos que encontró que, aquellos que seguían un modelo de ayuno de 8 horas, tenían un riesgo 91% mayor de muerte por enfermedad cardiovascular. Del mismo modo, las personas con enfermedades cardíacas o cáncer también tenían un 66% más de riesgo de muerte cardiovascular.

Por último, los investigadores encontraron que las personas que seguían un patrón de ayuno intermitente en el que comían durante un período de 8 horas y ayunaban durante 16, tenían menos masa muscular magra en comparación con las personas que comían durante períodos más largos del día, algo que sabemos no es beneficioso a corto y largo plazo sobre la salud en general.

Así que, lejos de resultar beneficioso en general, lo cierto es que puede resultar incluso peligroso. Esto sucede, entre otras cosas, por adherirse a dietas sin que hayan demostrado su eficacia y, lo más importante, el concepto de ‘riesgo-beneficio’.