El atún enlatado que se vende en Europa tiene una «contaminación generalizada» con mercurio, han alertado este martes las ONG Bloom y Foodwatch, que denuncian «un escándalo de salud pública» por el que piden «medidas de urgencia» a las autoridades europeas y estatales.
Un análisis en laboratorio de 148 latas de atún compradas en el Estado francés, Estado español, Alemania, Inglaterra e Italia ha mostrado que el 100 % estaban contaminadas con mercurio y que el 57 % superaban el nivel de 0,3 miligramos/kilo aplicado a otros pescados, han señalado en un comunicado.
Una muestra de una lata comprada en el Estado francés alcanzó incluso los 3,9 miligramos/kilo. El mercurio es «un potente neurotóxico» que incluso en pequeñas dosis puede generar graves problemas de desarrollo neuronal en los menores y atacar al funcionamiento cerebral de los adultos, han recalcado las dos organizaciones.
Además, el metilmercurio, un derivado presente en la alimentación, está considerado como un posible carcinógeno.
Las dos ONG apuntan a que los niveles máximos de mercurio en el atún vigentes en Europa «se establecieron en función del índice de contaminación del atún constatado y no en función del peligro que representa el mercurio para la salud humana».
Por ello, piden a la Comisión Europea que fije un límite de mercurio en el atún, tanto fresco como en conserva, similar al de otras especies de pescado, de 0,3 miligramos/kilo. Recuerdan que el atún es el pescado más consumido en Europa, por lo que «debería regularse de manera aún más estricta».
Prohibir en comedores escolares y residencias
Además, Foodwatch y Bloom proponen a los Estados miembros de la Unión Europa que activen «inmediatamente» una cláusula de salvaguarda para prohibir la comercialización de productos a base de atún que superen los 0,3 miligramos de mercurio por kilo.
También consideran que los Gobiernos y las distintas autoridades deben prohibir el consumo de todos los productos con atún en comedores escolares, guarderías, residencias de jubilados, hospitales y maternidades.
Finalmente, las dos organizaciones lanzan una petición a los diez mayores grupos de distribución en Europa para que «asuman sus responsabilidades y protejan inmediatamente la salud de sus consumidores».