
La Guía Repsol ha repartido sus distinciones gastronómicas anuales en una gala celebrada este lunes en Santa Cruz de Tenerife. En la misma se han dado cita la mayoría de los grandes nombres de la restauración estatal, y también la vasca.
Y es que este año las cocinas de Hego Euskal Herria cuentan con tres nuevos restaurantes reconocidos con dos Soles en la Guía Repsol. Se trata del Bakea de Mungia, dirigido por Alatz Bilbao, una propuesta que engrana ingredientes, tradiciones y memorias en una interpretación propia de Euskal Herria; el Narru de Donostia, cuyo nombre hace referencia al bisabuelo pelotari de su actual regidor, Iñigo Peña, quien ofrece una gastronomía basada en el producto de temporada; y Laia Erretegia, de Hondarribia, dirigido por la familia Ayala y con la parrilla como principal motor de su cocina.
Más local
La gastronomía está cambiando. La esencia de las casas de comidas que se extiende por el sector dibuja un nuevo escenario y propone un vuelco en la relación entre cocineros y comensales. En 2025, destacan los proyectos donde el cariño y el conocimiento del oficio crean un clima relajado y convierten cada mesa en un refugio en el que olvidarse de todo lo que no sea disfrutar. Sabores emocionales explotan en platos alegres, que parten de productos de cercanía y de recetas intuitivas, interpretadas por códigos y técnicas actuales.
En Hego Euskal Herria, ocho restaurantes vascos se estrenan con su primer Sol en la guía, y muchos de ellos ejercen su labor fuera de las grandes urbes del país.
Es el caso, por ejemplo, del restaurante Iriarte, en Berrobi, localidad guipuzcoana que cuenta con apenas 500 habitantes. Félix Belaunzaran y Mertxe Inza defienden una cocina local, de cercanía y que va acorde con lo que ofrece su entorno en cada temporada. Esa es la principal oferta de este restaurante que, además, puede presumir de uno de los mejores cochinillos de la zona.
El restaurante Muka, de Donostia, también entra en esta lista con un propuesta donde se unen la barra del establecimiento como mesa principal para disfrutar de los pases y un producto selecto cocinado en la brasa.
Qué decir de Casa Cámara, en Pasai Donibane, que consigue un Sol Repsol con una historia de más de cien años a sus espaldas, la que puede ser una de las mejores ofertas de la costa guipuzcoana en cuanto a la tradición marinera se refiere.
De Bizkaia se suman a tener el primer Sol en la Guía Amaren de Bilbo, el templo de la carne de buey, y Mendi Goikoa Bekoa, de Atxondo, en un entorno natural privilegiado y con la cocina tradicional vasca como eje. Desde Gasteiz, llega Karmine, una reivindicación al entorno, a la cultura local y a la gente que teje en torno a ella. Una propuesta inspirada en los sabores tradicionales con la ambición de ofrecer una nueva interpretación.
Y, cómo no, Nafarroa también está presente en esta lista, con una propuesta más atrevida dirigida por Yike Feng y Dong Li en el Koku de Iruñea, donde se casan las propuestas asiáticas con la cocina mediterránea, y con los hermanos Luis y Juan Salcedo, que conducen el Choko de Remigio de Tutera, otro restaurante con gran solera, donde invitan al comensal a «disfrutar del tiempo».

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