JAVI RIVERO
gastroteka

El acto político de comer

F amilia, han pasado dos semanas desde el día en el que tuvimos que ir a votar, y parece que pronto tendremos que volver a hacerlo. Obviamente, no voy a hablaros de política, a pesar de estar de acuerdo con Michael Polland y pensar que “comer es un acto político”. La cuestión es que, debido a la obligatoriedad de estar en “la mesa” electoral, en caso de que así toque, los planes de la gente y las vacaciones de los mismos se están empezando a ver afectados. Y aquí es donde, tras escuchar este miedo de la boca de más de un amigo, se me ha ocurrido ofreceros una lista de posibles destinos y qué comer en ellos, no vaya a ser que hayáis cambiado los planes y os quedéis sin sitio para comer.

Nunca es tarde para rehacer los planes de verano y dejar cerradas unas pocas visitas a restaurantes (de todo tipo). Os confieso que soy de esos que hace los planes a última hora y que, gracias a eso, me he quedado sin sitio en muchísimos restaurantes a los que me hubiera gustado ir. Además, cada vez somos más ordenaditos y metemos los planes hechos en la maleta antes de salir de casa. Esto también le quita un poco de gracia a la improvisación y la incertidumbre de ir de vacaciones, sin planes, ni horarios. Cada vez somos más sosos en este aspecto. Pero, como la expectativa que se genera desde las redes sociales es cada vez mayor y se genera un movimiento de “tonto el último”, nos pueden las prisas por reservar todo antes de que el tiempo pase. Sosos, que somos unos sosos. Organizados, pero sosos.

Lo dicho, que estéis donde estéis, podréis encontrar un sitio en el que comer y sentiros de vacaciones. Empezando por casa, imaginemos que estamos por cualquier punto de Euskal Herria. Conducir durante una hora no es demasiado esfuerzo y todos lo sabemos, por lo que no hay excusas para no visitar a los siguientes amigos que os listo aquí: tengo muchas ganas de visitar Epoq, un restaurante de Biarritz. Se trata del restaurante de un amigo con el que comparto visión y apuesta por los pequeños productores y la localidad más cercana. Por otro lado, sin referencia concreta, pasear por los pequeños pueblos de Ipar Euskal Herria y picar algo en cualquiera de los bistrós que nos cruzamos a pie de calle siempre es un buen plan.

Seguimos por Hego Euskal Herria. En Gipuzkoa tengo varios restaurantes pendientes, pero si queréis algunas referencias que os permitirán desconectar y fundiros con la naturaleza más cercana, la apuesta está en el interior: Zezilioenea, Kuko, Pipas, Martínez, Casa Julián, Hika… todos ellos situados cerca de lugares que os permitirán desconectar y gozar de un remanso de paz vacacional.

Mirando a Araba, mis amigos Javi, Aitor y Zuriñe, de Kromatiko, en Gasteiz, bien se merecen la visita que todavía no les he hecho. Cocina divertida, sabrosa y con una mirada que va mucho más allá de la mera utilización del producto local. Gente maja, cocinando rico e interesante. Si por Gasteiz os apetece algo más informal, tenéis el Bode, con una terraza maravillosa. Y, si vuestra apuesta es algo más tradicional, mi templo es la bodeguilla Lanciego. Hace falta el mar cerca para que uno crea que un asador alavés domine así los besugos. ¡Qué pedazo de familia regenta esta casa y qué bien se come!

Ya en Bizkaia, mi apuesta, por experiencia propia, está en Dima y en Atxondo. En Dima se encuentra Garena, que defiende un caserío precioso, renovando constantemente las tradiciones de estos y cocinando muy pero que muy rico. La experiencia que ofrece es una maravilla. Y, además, está situado en un valle con unas vistas preciosas. Seguido, la casa, caserío o casi castillo de otro gran amigo. Jon Iñaki Yurrebaso al frente de Mendi Goikoa, en el valle de Atxondo, donde el silencio se oye. Y es cierto que la paz que transmite este lugar es algo fuera de lo común. Me atrevería a decir que se trata posiblemente de la mejor terraza que pueda tener un restaurante. Es una auténtica maravilla.

En Nafarroa os confieso que tengo menos controlado el tema, pero la mañana de pintxos por Iruñea y el poteo de mediodía son sin duda un buen recuerdo que llevarse si estamos por ahí cerca.

Fuera de las fronteras de Euskal Herria. En Cantabria tengo pendiente de visita la Bodega Cigaleña (Santander), de la que tanto me han hablado por lo bien que se come y sobre todo por su espectacular bodega.

En Asturias, mi tierra predilecta para las vacaciones, no puede fallar Casa Pilar (Llanes), donde ya os he contado alguna vez lo bien que se come. Casa tradicional en la que la buena mano y el producto brillan por sí solos.

Llegando a Galicia, la cosa se pone interesante, pues existe un movimiento de cocineros a los que merece mucho la pena visitar. Gente con más de un establecimiento en diferentes formatos. A Tafona, de Lucia Freitas o Lume, en Santiago de Compostela, es uno de ellos. Cualquiera de sus dos propuestas son una muy buena idea. Por supuesto, Abastos o Loxe mareiro. Abastos en Santiago y Loxe en Carril, tranquilo pueblo famoso por la lonja de la almeja. También están dos de los que para mí son los mejores restaurantes de la península: Solla (Poio, Pontevedra) y Culler de Pau (O Grove). Ambos con una sensibilidad brutal hacia todo lo que hacen, con respeto por la tierra, reflexión y un trato con el cliente de los que ya no quedan.

Me estoy quedando sin líneas con las que recomendaros lugares en todo el país, así que el tema de hoy lo voy a dividir en dos. Pero, apurando las líneas que quedan, os recomendaré otra casa en la que la reflexión y la conexión con la tierra son la bandera del comer bien en Salamanca. Consentido, de Carlos Hernández Del Río. Además de ser una de las personas más bonitas que conozco, cocina que cada bocado le levanta a uno el culo de la silla. Además, existen casas importantes también por la zona. No tan lejos, en Zamora, está Lera (Castroverde de Campos), otro templo gastronómico donde los haya. Y, de camino a casa tras visitar este restaurante, podemos hacer parada en la estación de servicio famosa por la morcilla con huevos, en Landa (Burgos).

Ya sé que no os he dicho qué se come en cada uno de los lugares que os he mencionado, voy a dejar que investiguéis vosotros mismos lo que prima en cada caso, si el lugar o la comida. Si vais en buena compañía, puede que no importen las dos anteriores.

Antes de que leáis la seguida del siguiente domingo, solo os pido una cosa. No os planteéis las vacaciones como una tarea más. Dejaos llevar, conoced lugares que no os habríais planteado conocer.

Si visitáis alguna de las casas que os he recomendado aquí, preguntad y dejad que os saquen lo que quieran. Vosotros, solo desconectad y disfrutad. On egin!