TERESA MOLERES
SORBURUA

Lucha contra los bambúes invasores

Los bambúes ya instalados se han convertido en un problema por sus raíces o rizomas invasores y porque arrancarlos exige un gran esfuerzo. En algunos casos es necesario utilizar hasta una pala excavadora para sacarlos antes de quemarlos. Por lo tanto, es imprescindible seguir el rastro de cualquier trozo de rizoma olvidado y destruirlo.

Si alguien cree que utilizando un herbicida químico tiene el problema solucionado se equivoca. Las hojas y tallos del bambú de ciertas variedades poseen una cubierta cerosa que impide la penetración de herbicidas eficaces. Tampoco hay que hacerse ilusiones colocando en el fondo de la zanja de plantación un vaso de cemento o brea de carreteras, porque los rizomas los traspasarán y seguirán extendiéndose bajo tierra hasta varios metros al año según la variedad.

Para evitar problemas futuros se debe comenzar la plantación de un seto de bambú abriendo una zanja de 60 ó 70 centímetros de profundidad. La barrera antirizoma se instala adosada a las paredes, con cuidado de no dejar ningún espacio libre por donde la raíz pueda colarse. Si es necesario, hay que añadir tiras dobles cerrando las costuras. La mejor barrera es la de polipropileno rígido de varios milímetros de espesor. Para que no se enrolle hay que sujetarla con varillas de hierro en el momento de la plantación y posteriormente se retiran al acabar la operación. Si la tierra del fondo es compacta, una capa de unos 5 centímetros de gravilla hará de drenaje.

La zanja se debe rellenar con tierra de plantación y estiércol. Hay que colocar las matas de bambú en medio del foso; el cepellón a cinco centímetros debajo del nivel del suelo, y dejar que la barrera antiraíces de polipropileno sobresalga de 10 o 15 centímetros. Una vez rellenada la zanja, se trata de cortar el sobrante hasta dejarlo en unos 5 centímetros; los rizomas son capaces de trepar a la superficie si se cruzan con un obstáculo.

Resulta fácil plantar bambúes en tiesto, de donde los rizomas no se escapan. En ese recipiente, los bambúes requieren riego muy a menudo con el fin de evitarles la sequedad y de mantener el sustrato húmedo. La tierra de relleno, en este caso, es la apropiada para arbustos verdes. En primavera, además, conviene añadir fertilizante de césped para que no carezca de nutrientes.