MIKEL INSAUSTI
CINE

«Lady Bird»

La joven actriz Greta Gerwig debuta en la dirección en solitario con “Lady Bird”, película que se presentó en los festivales de Telluride y Toronto, habitual plataforma para las producciones que quieren promover su candidatura a los Oscar. Y de momento, la mejor situada en esa carrera parece la estelar Saoirse Ronan para quien, de obtener la nominación, supondría la tercera de su carrera, lo que a sus 23 años equivale a ser la actriz más precoz de la historia de los premios de la Academia de Hollywood. Pero lo curioso es que se trata de una obra autobiográfica, con lo que la actriz de origen irlandés estaría dando vida en pantalla a Greta Gerwig en su etapa de estudiante. Por eso la acción de la película se sitúa en el año 2002, cuando Greta todavía no había cumplido los veinte años y se empezaba a plantear su futuro artístico y profesional.

“Lady Bird” confirma a Greta Gerwig como una de las personalidades con mayor proyección, tanto delante como detrás de la cámara. Su talento de cineasta ha estado siempre ahí, gracias a sus colaboraciones en la escritura del guion con los realizadores independiente que la han dirigido. Empezó trabajando con Joe Swanberg, para después unirse sentimental y creativamente al gran Noah Baumbach, formando una de las parejas de moda en el cine actual. Como actriz ha brillado también a las ordenes de los hermanos Duplass, Whit Stillman, Woody Allen, Barry Levinson, Mia Hansen-Love, Rebecca Miller, Todd Solondz o Pablo Larrain. Su primera incursión en la realización la hizo codirigiendo con Joe Swanberg “Noches y fines de semana” (2008), que ya hacía presagiar sus posibilidades ahora materializadas con “Lady Bird”.

Gerwig describe a fondo lo que es educarse en el seno de una familia católica y lo que cuesta irse desprendiendo de las limitaciones para la vida moderna que este tipo de formación impone. Por eso lo pasa mal en su último año de instituto en la localidad californiana de Sacramento, ya que sus aspiraciones la llevan a soñar con cursar estudios superiores en la costa Este, más acordes con su sensibilidad artística. Sus ilusiones le llevan al enfrentamiento con su madre, una enfermera que cree en el trabajo y se muestra muy estricta con su hija. La relación maternofilial constituye uno de los puntos fuertes de la película, toda vez que el duelo interpretativo entre Saoirse Ronan y la veterana Laurie Metcalf es de altos vuelos.

El otro frente que tiene abierto la protagonista es el de sus compañeros de clase, con los que no deja de discutir, especialmente la compañera gordita encarnada por Beanie Feldstein, uno de los hallazgos de esta producción de Scott Rudin. Por supuesto, no faltan los ligues, competencia que se reparten los prometedores actores Lucas Hedges y Timothée Chalamet, que se acaban de dar a conocer respectivamente con sus apariciones en “Manchester frente al mar” (2016) y “Call Me by Your Name” (2017).

Aunque Greta Gerwig juega con la apariencia genérica de la típica comedia estudiantil estadounidense, su autorretrato encierra una reflexión mucho más introspectiva sobre la dificultad que supone encontrar su sitio a una chica con verdadero potencial. En la vida real, la actriz y cineasta consiguió salirse con la suya y estudiar en el Barnard College, y en la actualidad está perfectamente instalada dentro de la cultura neoyorquina. Pero, en aquel entonces, todo eso parecía lejano y provocaba actos de rebeldía en su huida consciente del ambiente familiar y escolar que tanto la asfixiaba. La escena más chocante es en la que, en medio de una discusión con su madre, no duda en tirarse en marcha del coche que esta conduce o cuando, todavía escayolada, se empeña en robar revistas en el supermercado. El reparto se completa con Odeya Rusch, como la chica popular del instituto, y la eterna Lois Smith, en el rol de monja.

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