Wes Anderson presentará su nuevo trabajo en la Berlinale, por lo que es de esperar que en primavera podamos ya ver en nuestras salas “Isle of Dogs”, una película que promete ser fiel a la personalidad creativa de su autor, con lo que no se parecerá a ningún otro largometraje de animación conocido. Es la segunda oportunidad a lo largo de su carrera en la que se acerca al género animado, y de nuevo lo hace mediante las viejas y artesanales técnicas de stop motion que tanto le fascinan. Ya experimentó con ellas en su anterior “Fantastic Mr. Fox” (2009), basada en un cuento de Roald Dahl, y que tuvo una excelente recepción crítica, pero no tanto de público, con una recaudación total ligeramente por encima de los cuarenta millones de dólares que había costado.

Con “Isle of Dogs” es de esperar algo parecido, puesto que el genio tejano vuelve a arriesgar en un estilo y un planteamiento conceptual innovadores, por más que se inspire en las piezas animadas “foto a foto” de la mítica productora Rankin/Bass. Las imágenes de las que ya se pueden disfrutar en un trailer bastante completo recuerdan el universo irreal diseñado por Arthur Rankin y Jules Bass, cuando en los años 60 sorprendían con sus shows televisivos navideños del reno Rudolph, presentando una extraño manto de copos cayendo sobre seres con formas redondeadas de muñeco de nieve.

El resultado es estremecedor y conmovedor a la vez, porque ese escenario tan bizarro sirve de trasfondo distópico a unos seres que han de sobrevivir a un futuro hostil, especialmente para los animales. Esta distopía a la japonesa ha sido escrita a seis manos por Wes Anderson y sus amigos colaboradores Roman Coppola y Jason Schwartzman. Ellos han elegido la ciudad de Nagasaki como símbolo de destrucción para la humanidad, que ahora se desquita con los perros. El lugar sufre las consecuencias de una gripe canina, aprovechada por el despótico alcalde Kobayashi para poner a la población en contra de sus animales de compañía, a través de una campaña oficial en televisión que anima a todas las familias a abandonar a sus mascotas, en teoría peligrosas al haber sido afectadas por la rabia. El plan del edil consiste en declarar la cuarentena, desterrando a los perros en una isla, que en realidad no es más que un vertedero formado por montañas de basura y materias tóxicas, para aislar así ese foco contaminante en medio del mar y lejos de la urbe.

En contra del plan de exterminio canino surge un movimiento ciudadano y animalista llamado “Pro-Dog”, cuyo logo es el kanji o sinograma del perro en la escritura nipona, y que lidera una niña de aspecto occidental.

El héroe accidental de la historia es un niño llamado Atari, que consigue escapar de su hogar a bordo del prototipo volador Junior Turbo Prop XJ750, gracias al cual logrará burlar la cuarentena y llegar hasta la isla de los perros. El objetivo de su viaje es encontrar a su perro Spots para traerlo, sano y salvo, de vuelta a casa.

En su odisea contará con la ayuda de cinco perros supervivientes, que responden a los nombres de Chief, Rex, Boss, Duke y King. El quinteto de personajes cuenta como dobladores con Bryan Cranston, Edward Norton, Bill Murray, Jeff Goldblum y Bob Balaban; siendo Lieve Schreiber quien se encarga de poner voz a Spots. El colosal casting de doblaje se completa con F. Murray Abraham, Scarlett Johansson, Greta Gerwig, Frances McDormand, Tilda Swinton, Harvey Keitel y Courtney B. Vance.

Esto por el lado anglosajón, porque del japonés figuran, entre otros, Koyu Rankin que dobla al estelar Atari, el veterano Ken Watanabe, Akira Ito y Akira Takayama. Entre los sorprendentes cameos vocales de procedencia oriental destaca también Yoko Ono. Por otra parte, para el texto en japonés se ha contado con el guionista Kunichi Nomura, ya que Wes Anderson dice haberse basado en parte en el cine del maestro Akira Kurosawa.