MIKEL INSAUSTI
CINE

«Hostiles»

El cuarto largometraje de Scott Cooper es un formidable western que está teniendo serios problemas de distribución, y que muy probablemente no llegará a estrenarse en nuestras pantallas de cine, por lo que habrá que verlo en alguna plataforma digital. Se presentó en el Festival de Telluride el pasado año, y ya impactó a la crítica por su inusual violencia, más acorde con las muestras del género de los años 60 y 70, en lo que se dio en llamar el neowestern. Una violencia que está plenamente justificada, al querer presentar un análisis histórico del origen del armamentismo en los Estados Unidos, que ha sido tomado por el lobby de la NRA (La Asociación Nacional del Rifle) como una manifestación a favor de la actual corriente que solicita un mayor control de armas, a raíz de las últimas matanzas estudiantiles. El desmedido poder adquirido en plena era Trump por este grupo de presión está detrás de las dificultades de la película para ser distribuida con normalidad, a pesar de lo cual no hizo una mala taquilla en los cines estadounidenses, recuperando buena parte de los 39 millones de dólares invertidos.

Es de esperar que el vacío que se le ha hecho a “Hostiles” no suponga un revés en la pujante carrera de Scott Cooper, un cineasta que llegó a los Óscar con su ópera prima “Corazón rebelde” (2009), consiguiendo dos estatuillas para la Mejor Canción y para el Mejor Actor por la sentida interpretación de Jeff Bridges como un cantante country en decadencia personal y artística. La estructura de road movie que utilizaba en aquel primer largometraje se reproduce a caballo en el viaje que vertebra “Hostiles” (2017). La segunda realización se hizo esperar, y supuso la colaboración previa con el actor Christian Bale a la de su nueva película. En “La ley del más fuerte” (2013) establecía una conexión entre la delincuencia urbana y la crisis económica. En “Black Mass” (2015) Cooper dirigió a un irreconocible Johnny Depp, dentro de una película de gángsters sobre la guerra de los años 70 en Boston entre mafias irlandesas e italianas, con la policía local de parte de las primeras.

En “Hostiles” Christian Bale es un oficial del Ejército de los EEUU, que en 1892, casi treinta años después del final de la Guerra de Secesión, es designado para una misión de paz dentro de una política oficial de cese de las hostilidades con las tribus nativas. Pero se trata de un militar que ha combatido en el pasado a los nativos, y que ha desarrollado un sentimiento racista hacia ellos, por lo que se debate entre el deber y su odio personal. Debe conducir al gran jefe Cheyenne Yellow Hawk (Halcón Amarillo) de regreso a su tierra sagrada, tras haber sido excarcelado al encontrarse viejo y enfermo.

Este argumento pertenece a una novela de Donald E. Stewart, que fue el coautor junto a Costa-Gavras de “Missing” (1982), y que relata el viaje del protagonista como una especie de calvario o purgatorio. Wes Studi encarna al jefe nativo que regresa a morir en su territorio, mientras que Rosamund Pike es una joven viuda que acaba de perder a su familia en un ataque comanche. Este tipo de escaramuzas se seguirán reproduciendo, bien por parte de los comanches como por parte de los fuera de la ley. Todo ello está narrado de una forma muy realista, con la participación de actores y actrices nativos en el reparto, ya que además de al veterano Wes Studi podemos encontrar a Q’Orianka Kilcher, la actriz de ascendencia peruana quechua que acaba de encarnar a la mítica Te Ata Thompson Fisher en “Mi nombre es te Ata” (2016), biopic sobre la que fuera la mayor difusora de la cultura nativa de la nación Chickasaw, dando a conocer por todo el mundo sus bailes y relatos ancestrales. Su descubridor inicial fue Terrence Malick en “El nuevo mundo” (2005), dónde hacia de Pocahontas, repitiendo un papel similar en la gran odisea hawaiana “Princess Kaiulani” (2009).

Honi buruzko guztia: CINE