BERTA GARCIA
CONSUMO

Aparatos bronceadores

Con la llegada del buen tiempo, afloran las ganas de broncearse, da igual el método que se utilice: natural o artificial. Lo que les pasa a muchas personas es que les “urge” verse con buen color y, por lo tanto, no dudan en alternar uno y otro método, lo que resulta casi siempre un error.

Estas recomendaciones van destinadas a quienes vayan a utilizar aparatos de bronceado, bien acudiendo a un centro de estética o alquilando uno a domicilio. Los centros deben disponer de un documento informativo que será presentado a las personas usuarias en el momento de dar su conformidad para ser sometidas a las exposiciones de los rayos UV. En el texto también se advertirá sobre las posibles afecciones leves o graves que puedan sufrir, tanto en la piel como en los ojos, por lo que son necesarias unas gafas de protección.

En cuanto a la piel, las radiaciones pueden resultar peligrosas en personas de piel muy blanca, o con abundancia de lunares y pecas, y se desaconseja a las mujeres embarazadas y a los menores de 18 años. Igualmente, la exposición no es aconsejable en el caso de personas que se encuentren siguiendo ciertos tratamientos farmacológicos (antibióticos, antidepresivos o somníferos).

Tampoco deben aplicarse filtros solares o cosméticos y no es aconsejable exponerse al aparato y al sol el mismo día. Entre la primera y segunda sesión deberán transcurrir al menos 48 horas, e ir aumentando gradualmente el tiempo de exposición, como lo hacemos al tomar el sol.

Siempre se deben tomar precauciones ante posibles riesgos y, desde luego, el primero y principal es la elección del centro a donde vayamos a acudir. Hoy en día los aparatos proliferan en peluquerías, perfumerías y comercios dedicados a la estética, pero los responsables de los centros de bronceado han de encargarse de que un organismo autorizado por la administración competente realice al menos una revisión técnica periódica anual de los aparatos y también cuando se hagan cambios de los elementos consumibles de las máquinas.