Peso normal en el embarazo
Ciertamente, el aumento de peso es el cambio más llamativo durante el embarazo y esto es debido a las modificaciones fisiológicas que sufre el cuerpo femenino, pero lo curioso es que solo 3,5 kg corresponden a un aumento de los depósitos grasos y el resto lo constituyen el feto, el útero y el incremento de volumen plasmático (volumen sanguíneo).
La razón de monitorizar el peso de la madre se debe a que la evidencia científica considera que el aumento de peso gestacional excesivo o inferior no solo pone a las madres, sino también a los bebés, en mayor riesgo de una serie de resultados adversos a corto y largo plazo, siendo de este modo el aumento de peso gestacional, un predictor importante de salud materna e infantil. Así, el aumento de peso insuficiente se asocia con mayores riesgos de parto prematuro y parto de un bebé con bajo peso al nacer, mientras que el aumento de peso excesivo se relaciona con mayores riesgos de hipertensión gestacional, parto prematuro, parto de un bebé con alto peso al nacer, parto por cesárea y sobrepeso infantil.
Sin embargo, Gran Bretaña pertenece al grupo de países que cuestionan la validez del monitoreo y las políticas de peso materno. El Instituto Nacional de Salud y Excelencia Clínica británico afirma firmemente que los datos sobre el vínculo entre aumento de peso materno y salud neonatal no son concluyentes y que los límites dan lugar a preocupaciones innecesarias entre las futuras madres.
No obstante, sobre lo que sí está la mayor parte de la comunidad científica de acuerdo es sobre que los resultados que la gran mayoría de estudios han mostrado (los más antiguos), y siguen haciéndolo, la existencia de una fuertísima relación entre el Índice de Masa Corporal (IMC) previo al embarazo y el aumento de peso durante el mismo. Esto es que la cantidad de kg que debe aumentar una gestante depende principalmente del peso (o estado nutricional) previo a quedarse embarazada.
En base a estos datos, distintas instituciones médicas han establecido guías de recomendación de aumento de peso durante el embarazo. Sin embargo, estas guías derivan de estudios específicos de cada país que varían en la selección de muestras, el diseño del estudio y los métodos de recolección de datos. Y dado que se desconoce la generalización de estos datos a otras poblaciones, las tablas internacionales al respecto para grupos específicos de IMC previos al embarazo son las únicas a las que podemos recurrir.
Así, la Organización Mundial de la Salud (OMS), toma como referencia las recomendaciones realizadas por el Instituto de Medicina de los Estados Unidos en 1990 recomendando para las mujeres en bajo peso (IMC< 18,5 kg/m2) una ganancia total de 12,5 a 18 kg; para mujeres con peso saludable (IMC 18,5-24.9 kg/m2), entre 11,5 a 16 kg; para mujeres con sobrepeso (IMC 25,0-29,9 kg/m2) y obesas (IMC > 30 kg/m2), a 11,5 kg y menos de 6 kg, respectivamente.
Dado lo vintage de estas recomendaciones y que se basan en población americana, he encontrado un interesante estudio de 2018 titulado “Gestational weight gain charts for different body mass index groups for women in Europe, North America, and Oceania” que incluyó a 218 gestantes de 33 estudios de embarazo en Europa, América del Norte y Oceanía para evaluar el patrón de aumento de peso gestacional medio. Los resultados revelaron que a las 40 semanas fue de 14,2 kg para las mujeres con bajo peso; 14,5 para las de peso normal; 13,9 kg para las que tenían sobrepeso; y 11.2 kg, 8.7 kg y 6.3 kg para obesas de grados 1, 2 y 3, respectivamente. Además, para todos los grupos de IMC previos al embarazo, las trayectorias de aumento de peso no fueron lineales.
La conclusión final es que, si bien es cierto que el aumento de peso parece ser importante, hay algo que lo es más, y es el estado previo de la madre, sobre lo que es vital que nos pregunten durante la primera visita a la matrona. Sin este dato y sin entender que no estamos en América en 1990, no deberíamos ser sometidas (ojo, en ocasiones) a tal estrés, o al menos, si no es necesario.