La receta del éxito para perder peso
El artículo de hoy se inspira en un video TED, que para los que no sepan, se trata de un evento anual (internacional y estatal también), donde algunos de los pensadores y emprendedores más importantes del mundo de muchas áreas del conocimiento están invitados a compartir sus conocimientos. “TED” significa Tecnología, Entretenimiento y Diseño.
En uno de estos videos que llamó mi atención, una médico internista de Maastricht habla sobre lo que ha podido observar de forma clínica a lo largo de los años sobre el problema de la obesidad. En él constata las cifras de sobrepeso y obesidad a nivel mundial, así como las de sus enfermedades derivadas como la diabetes mellitus, hipertensión, etc.
Y, sin embargo, plantea cuestiones como que, si esto es un problema de salud mundial y los sanitarios nos dicen que debemos perder peso, ¿por qué resulta tan complicado? Si, además, tal y como señala la ponente, existen numerosos profesionales preparados para ayudarnos y guiarnos en el proceso, así como un (aparente) sinfín de fórmulas que sirven para tal propósito. Aún así, la obesidad sigue siendo una pandemia a la que no podemos ponerle fin. Quizá sea, como dice la protagonista del video, porque perder peso, no sea solo eso, perderlo.
Ella explica que, en el momento en que alguien padece obesidad, y ha perdido la confianza en el cuerpo, la ha perdido en sí mismo; y esto, y todas las “etiquetas” que ponemos en el “peso” y que la sociedad, nuestra familia, nuestro entorno, en nuestro trabajo ponen encima de ese “peso”, no se soluciona perdiendo kilos.
Y es que perder peso (a costa de masa grasa siempre) cuando uno padece sobrepeso u obesidad no es lo difícil, si no que solventar todo aquello que hemos ido “anexionando” a ese peso (autoestima, autoimagen etc.), es lo verdaderamente complicado.
Por eso, perder peso, es solo eso; perder grasa, ganar salud, fin. No hará que nos sintamos más seguros, que aumente nuestra autoestima, que se solucionen todos los problemas de nuestra vida, que encajemos mejor en la familia, en la cuadrilla, etc.
Por eso, Anna Verhulst, la ponente de esta excepcional charla, se refiere a la pérdida de peso como una cuestión y un problema personal e individual, por lo cual, no sirve la misma receta para conseguirlo por que, a pesar de que obviamente hay ingredientes clave como una buena alimentación y el ejercicio físico, no hay un plan, no hay un camino o una guía a seguir. Hay muchos, distintos y cambiantes según la persona y su momento personal.
Ella se sirve de un ejemplo basado en un estudio de la Universidad de York (Canadá), en el que clasifica los problemas como “problemas simples”, como sería seguir los pasos de una receta, que aunque no seamos muy diestros, siguiendo los pasos y con cierta práctica, el éxito está asegurado; “problemas complicados”, que son aquellos que a priori parecen inalcanzables pero que pueden dividirse en varios problemas sencillos y que ella ejemplifica con mandar un cohete a la luna. Por último, están los “problemas complejos”, como criar a un hijo. No hay receta para el éxito y, tener experiencia con uno, no te asegura el éxito con el segundo, pues cada hijo es único y puede requerir un enfoque opuesto.
En este punto, compara al hombre de la edad de piedra, cuya vida se componía de “problemas simples”, como conseguir comida (para lo que necesitaba moverse, por cierto), con nuestra vida hoy en día, que es más compleja. Así, las razones por las que varía nuestro peso actualmente son “problemas complejos” y únicos en cada caso; necesitan un enfoque personalizado.
Así pues, perder peso no es solo eso; tienes que buscar tu propio enfoque y saber que, a pesar de que mejores tu salud y pierdas grasa, tendrás que trabajar y reflexionar acerca de todas esas “etiquetas” que estás poniendo en “ese peso”. Si no, siempre te verás y, lo que es más importante, te sentirás igual.