MIKEL INSAUSTI
CINE

«For Sama»

Es el documental más impactante visto en mucho tiempo, no apto para todas las sensibilidades, debido a la crudeza de sus imágenes. Tampoco está exento de polémica, a cuenta precisamente de la reflexión ética sobre si hay que grabarlo absolutamente todo, incluso aquello que afecta a los derechos del menor. En cualquier caso, esta coproducción anglosiria ha sido la más premiada del pasado año en su género, empezando por L’Oeil D’Or al Mejor Documental en Cannes, el premio del Cine Europeo al Mejor Documental, Gran Premio del Jurado y Premio del Público en el SXSW de Austin (Texas), Premio del Jurado Especial Internacional en el HotDocs, cuatro premios BIFA del cine independiente británico y un BAFTA a Mejor Documental, siendo la primera muestra del género en conseguir cuatro nominaciones en estos premios oficiales del cine británico.

El mérito es mayor teniendo en cuenta que su autora no tenía experiencia previa como cineasta, ya que Waad Al-Kateab es una activista que se dedicó a grabar los ataques sobre Alepo, convirtiéndose así en improvisada reportera para el programa televisivo de Channel Four “Inside Aleppo”. Esta es la razón por la que en la película aparecen escenas reales tomadas en vivo con un dispositivo móvil, con lo que la urgencia en denunciar los hechos se antepone a la calidad fotográfica. Para poder organizar y montar el material, necesitó la colaboración profesional de Edward Watts, un reportero gráfico y documentalista de Channel Four especializado en cubrir los conflictos políticos y bélicos en todo el mundo.

“For Sama” (2019) ha sido concebida como una carta de Waad a su hija Sama, para que en un futuro pueda comprender los motivos por los que sus padres decidieron quedarse en Siria, a pesar del riesgo que corrían las vidas de los tres. La madre necesitaba informar de lo que estaba ocurriendo en su ciudad bombardeada durante día y noche, al mismo tiempo que su marido Hamza prestaba su servicios como médico en el hospital de campaña, atendiendo a la población herida, en su mayoría menores de edad.

Este es el tema más peliaguado, y que ha generado no pocas controversias. ¿Hasta qué punto es lícito exponer a una recién nacida en un contexto de violencia indiscriminada? Se dan situaciones realmente demenciales, como cuando la pareja viaja a Turquía a visitar a un pariente enfermo y, al regresar a Siria clandestinamente, han de sortear los disparos y las bombas con su niña en brazos. Al hilo del problema moral planteado, también cabe cuestionar si se acierta al mostrar las muertes cruentas de menores con todo detalle, bajo la justificación del testimonio real de la crisis humanitaria vivida.

Forma parte de la terrible crónica que Waad Al-Kateab fue escribiendo desde el 2011 al 2016 durante más de cinco años, en los que en ningún instante se le pasó por la cabeza huir y ponerse a salvo. Su decisión, al igual que la de Hmaza, es libre y nadie puede ponerla en cuestión. Pero el caso de Sama parece diferente porque, al ser tan pequeña, la separación de sus padres no habría tenido que ser tan traumática.

El otro punto de discusión es el del análisis político, pues todo el discurso contenido en “For Sama” (2019) se centra en el rechazo frontal al régimen de Assad, y de paso a sus aliados rusos, sin entrar a considerar el papel jugado por las potencias occidentales, o la procedencia del arsenal armamentístico del islamismo.

La complejidad del conflicto sirio deja espacio en “For Sama” a un documento más visceral, hecho desde la rabia incontenible de quienes se vieron sitiados en sus casas, contemplando impotentes su destrucción. En la ciudad de Alepo en el año 2010, justo antes del comienzo de la guerra, vivían más de cuatro millones y medio de habitantes, que en el año 2019 habían descendido en tres millones, entre muertos y desplazados.

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