TERESA MOLERES
SORBURUA

Comienzos de verano

El verano ya está aquí y con él llega el calor y algunas propuestas que pueden venir bien a terrazas y jardines. Para alegrar un balcón a la sombra plantaremos un arce del Japón, que nos durará años salvo que se seque por falta de riego como le ha sucedido al mío durante mi ausencia por el confinamiento. Antes de plantarlo, introducimos el cepellón del arce en un cubo con agua durante varias horas. Mientras, preparamos el sustrato con una mezcla a partes iguales de tierra de jardín exenta de cal, arena gruesa y tierra de brezo. Una vez el cepellón esté bien humedecido, desenredad las raíces que se parecen a un moño enredado. Luego, en un tiesto grande con agujero en la base, colocaremos una capa de piedras de uno 5 cms de espesor como mínimo para asegurar el drenaje. Plantad el arce dejando un borde de 2 ó 3 cms. Podemos elegir variedades como el Acer palmatum Atropurpurea, que desde la primavera al otoño no deja de cambiar de colores siempre en la gama de rojos; el Dissectum, de follaje muy fino o Red Pigmy, cuyo tono marrón rojizo se vuelve dorado en otoño.

Si tenemos en el jardín un talud desnudo por falta de cuidado, podemos optar por tapizarlo rápidamente con plantación de follaje decorativo, a escoger entre la heuchera púrpura o las indispensables margaritas blancas (Osteospermum). Para facilitar la plantación, sobre todo en el talud, extenderemos una capa de corteza picada entre las plantitas, justo después de haberlas regado, para mantener el frescor y evitar el crecimiento de malas hierbas. Las plantas deben ir a una distancia de 20 cms entre ellas, así el tapiz floral será muy denso.

Cuando el mar está cercano y el viento trae bruma salada, la exposición soleada resulta calurosa en verano, la tierra del jardín es mediocre, arenosa y se seca rápidamente. En estas condiciones podemos utilizar tres plantas fuertes y de fácil cultivo que florecen como cobertoras de suelo: Felicia, la margarita de flores azules con corazón amarillo y de hojas persistentes que soporta temperaturas de hasta cero grados; Convolvulus cneorum o correhuela de Turquía, persistente de flores grandes blancas para los veranos de clima suave; y la tercera, la misma que cubre el talud, Osteospermum de flores blancas o malvas que desaparece con el calor pero volverá a salir.