No cabe duda de que las motos eléctricas constituyen la mejor opción para circular en ciudad, por muchas razones: no contaminan, ofrecen una autonomía más que suficiente para los trayectos diarios, se pueden recargar en cualquier enchufe y permiten ahorrar muchos euros, no solo en combustible, sino también en mantenimiento e impuestos. No obstante, las ciudades siguen atestadas de ruidosas y contaminantes motos de gasolina y según un estudio reciente, solo un 1% de los usuarios de motos se decantaría por la adquisición de un modelo eléctrico.

La única explicación que podría darse a este hecho, por tanto, estaría relacionada con el desconocimiento existente hacia este tipo de vehículo, el más adecuado sin ninguna duda para los desplazamientos en ciudad.

Aunque en el caso del coche eléctrico podríamos tener dudas en torno a la autonomía y la amortización del sobrecoste inicial, en el caso de las dos ruedas no deberían existir esas dudas. Si echamos un vistazo rápido a la autonomía que ofrecen las motos eléctricas que hay en el mercado, podemos observar que todas superan los 60 kilómetros, y que no son pocas las que alcanzan los 120 kilómetros. ¿Quién necesita más autonomía?

En cuanto al precio, el mercado ofrece bastantes modelos básicos con motor de 3 kW a unos precios que parten desde los 2.000 euros, aunque si nos vamos a una potencia superior a 6 kW, es decir, equivalente a una de combustión de 125 c.c., el precio rondaría los 5.000 o 6.000 euros. La buena noticia es que desde este pasado verano, estos modelos más potentes están incluidos dentro de los programas de ayuda a la compra de vehículos eléctricos, como el Plan MOVES II, con lo que se pueden obtener descuentos de hasta 750 euros. Para ello es necesario que tengan una potencia igual o superior a los 3 kW y una autonomía mínima de 70 kilómetros.

Ahorro en combustible y mantenimiento. La tercera ventaja de las motos eléctricas, y la más obvia, es el ahorro en combustible. Si con una moto de gasolina necesitamos 5 euros para hacer 100 kilómetros, con una eléctrica solo gastaríamos 30 céntimos. Traducido eso al consumo anual, y con un uso diario medio de 20 kilómetros, recorreríamos al año 5.200 kilómetros, lo que supondría 15,6 euros al año de electricidad, frente a los 280 euros en gasolina.

Pero eso no es todo. El ahorro en mantenimiento es también mucho mayor, ya que al no necesitar de filtros ni aceites, su mantenimiento es mucho más sencillo y la probabilidad de averías es menor. Y en el capítulo fiscal, estos vehículos están exentos del impuesto de matriculación, al tiempo que el de circulación está bonificado en la mayoría de ayuntamientos.

Por último, hay que subrayar la facilidad con la que se pueden recargar las motos eléctricas, ya que la mayoría de modelos se pueden recargar en un enchufe convencional. Además, muchos modelos disponen de baterías extraíbles que las podemos cargar en casa por la noche.

La oferta de marcas y modelos que hay actualmente en el mercado es también cada vez mayor. La más vendida en lo que va de año, por ejemplo, es la Silence S02, de fabricación española y muy demandada por las flotas de motorsharing (servicio de moto compartida), organismos oficiales y empresas de reparto de mensajería.

También hay fabricantes vascos, como Nuuk, que ofrece tres modelos ensamblados por la marca Rieju con componentes de Bosch; OX Riders, que ha desarrollado una motocicleta de estilo retro; o Luma, fabricante de accesorios para motos, que comercializa un scooter en asociación con otras empresas.

Entre las marcas internacionales más conocidas, Vespa, BMW o incluso Harley-Davidson también disponen de modelos eléctricos en su gama.

BMW busca revolucionar el sector

BMW Motorrad, la división de dos ruedas del fabricante alemán, quiere redefinir lo que es un scooter urbano con la Definition CE 04, una propuesta eléctrica que sirve como transporte y medio de comunicación para el conductor, para el que también ha diseñado una línea de ropa específica.

La BMW Motorrad Definition CE 04 traslada el diseño radical del prototipo Concept Link a la producción en serie de forma casi inalterada. Según la marca, rompe claramente con el actual aspecto de los scooters, ya que cuenta con una carrocería larga y baja, y un frontal que se eleva en diagonal.

La batería plana está integrada en la parte inferior de la carrocería, lo que baja el centro de gravedad (redunda en mayor estabilidad) y permite que el hueco para el casco esté iluminado y pueda abrirse de forma lateral.

Otro rasgo diferenciador es que los paneles laterales no cubren completamente la parte trasera del scooter, con lo que se puede contemplar el propulsor, las aletas de refrigeración, el basculante monobrazo, la suspensión y la correa dentada.

Según BMW, el conductor urbano realiza trayectos cortos, por lo que más que comodidad lo que busca es ergonomía variable y fácil accesibilidad. Esta premisa ha hecho que los ingenieros hayan diseñado un asiento corrido flotante que permite deslizarse cómodamente sobre el vehículo incluso desde la zona trasera o contar con más ergonomía cuando va solo el conductor.

BMW no ha facilitado aún datos de la autonomía ni de su precio. Solo recuerda que el trayecto medio que hace un usuario de moto urbana es de 12 kilómetros, con lo que su autonomía será más que suficiente.