Lo habitual suele ser que el Mundial de Rallys arranque con nieve en la cita de Montecarlo, pero esta temporada ha sido atípica hasta en lo meteorológico. Y es que mientras la primera prueba de 2020 se celebraba sin rastro de nieve en Montecarlo, la temporada se cerró el pasado día 6 de diciembre con los WRC derrapando sobre el blanco elemento. Ello tiene su explicación, ya que los cambios introducidos este año a causa de la pandemia, además de reducir el número de carreras a la mitad, han provocado que el calendario no acabase ni en Japón ni en Bélgica, sino en Monza (Italia), y en pleno mes de diciembre.

Lo cierto es que los cambios de última hora hicieron que la última prueba del Mundial de Rallys se disputase en Italia, donde el Monza Rally Show pasó a ser una prueba del WRC, en la que se adjudicó la victoria el piloto francés Sébastien Ogier (Toyota Yaris WRC). A pesar de ser su primera temporada con la escuadra japonesa y no haber pilotado el coche en asfalto desde Montecarlo, Ogier obtuvo su s&bs;éptimo título mundial de la especialidad.

A lo largo de cuatro jornadas, los pilotos recorrieron un total de 241 kilómetros cronometrados, repartidos en tramos de muy diferentes características. Así, el viernes día 4 algunos tramos de la carrera se disputaron en el histórico autódromo de Monza y sus vías de servicio, llenas de barro, mientras el sábado los pilotos abandonaban la ciudad para adentrarse en los Alpes italianos, con la mítica subida a Selvino y sus 15 horquillas consecutivas como principal protagonista.

Y fue aquí donde la nieve hizo acto de presencia, ofreciendo un bonito espectáculo a los afortunados espectadores que pudieron desplazarse al lugar, con un paisaje muy parecido al de Montecarlo. Las carreteras cubiertas de nieve, eso sí, obligaron a los pilotos a darlo todo para no perder el control de sus vehículos. Aunque esta vez la FIA había autorizado el uso de neumáticos de nieve, por lo que pudieron utilizar los Michelin Alpin A4, marca que se despide este año toda vez que a partir de 2021 Pirelli pasará a ser el suministrador único de neumáticos durante las próximas cuatro temporadas.

Clasificación final. Finalizado el tramo del domingo, donde los pilotos volvieron al circuito de la Catedral de la Velocidad de Monza –empapado por la lluvia– la victoria fue para los franceses Sébastien Ogier y Julien Ingrassia, que a bordo de su Toyota Yaris WRC consiguieron finalizar la carrera con un tiempo de 2 horas, 15 minutos y 51 segundos, después de que el galés Elfyn Evans (Toyota Yaris) se saliese el sábado de la calzada y cayese por un terraplén. Se trata del séptimo título mundial de Ogier, con la tercera marca diferente tras haberlo conseguido con un Volkswagen Polo en los años 2013, 14, 15 y 16 y con un Ford Fiesta en 2017 y 18.

En segundo lugar, a 13,9 segundos de distancia, se clasificaron los estonios Ott Tänak y Martin Järveola (Hyundai i20 WRC); y en tercer lugar, a 15,3 segundos del ganador, los cántabros Dani Sordo y Carlos del Barrio (Hyundai i20 WRC). Los líderes iniciales, los finlandeses Esapekka Lappi y Janne Ferm, terminaron cuartos con su Ford Fiesta, por delante del Yaris del finlandés Kalle Rovanperä. El ganador del WRC 3, el noruego Andreas Mikkelsen, completó los seis primeros puestos con su Skoda Fabia R5.

La victoria de Monza permitió a Ogier hacerse con la clasificación final de pilotos, mientras que el título de constructores fue para Hyundai Motorsport, gracias a que Tänak y Sordo aprovecharon el abandono de Evans (Toyota).

Entre las novedades que pudimos ver en la lista de participantes de Monza, cabe destacar el regreso de Takamoto Katsuta (Toyota Yaris) o el debut del noruego Ole-Christian Veiby al volante de un Hyundai i20 WRC. También hubo pilotos de otras disciplinas que se animaron a estar presentes, y ausencias como las de Robert Kubica –que podría volver en 2021 al WRC con Hyundai– y Valentino Rossi, ganador en cinco ocasiones del Monza Rally Show.

Así pues, con la prueba italiana, el atípico mundial de Rallys ha llegado a su fin, pero en poco más de un mes se iniciará la temporada 2021 con la disputa en Montecarlo del 21 al 24 de enero.

Peugeot lanza el 508 Sport Engineered, con 360 CV y 42 kms de autonomía.

Después de haberse presentado como un prototipo, el Peugeot 508 Sport Engineered ha sido mostrado en sociedad como modelo de producción, y sigue siendo un coche híbrido enchufable con un marcado carácter deportivo. Combina un motor de gasolina PureTech de 200 CV y dos propulsores eléctricos, situados en el eje delantero y trasero, para desarrollar conjuntamente hasta 360 CV de potencia con cuatro ruedas motrices. Puede acelerar de cero a cien en 5,2 segundos con unas emisiones de 46 gramos de C02 por kilómetro. Además, dispone de 42 kms de autonomía eléctrica.

La segunda generación del Mirai logra 650 kms de autonomía con hidrógeno.

Toyota ha mostrado los primeros datos de la segunda generación del Mirai, su berlina de pila de combustible de hidrógeno que añade un tercer depósito de este elemento para incrementar un 30% su autonomía, alcanzando los 650 kilómetros. Su diseño estructural también ha mejorado gracias a su desarrollo sobre la plataforma modular GA-L de Toyota, que equipan modelos como el Lexus LS y que permite una disposición más eficiente y equilibrada del nuevo sistema de propulsión. La longitud del vehículo alcanza los 4,97 metros.

Skoda inicia en la República Checa la producción en serie del Enyaq iV.

Skoda ha iniciado en su fábrica de Mladá Boleslav (República Checa) la producción en serie de su modelo Enyaq iV 100% eléctrico, el primer vehículo de la marca basado en la Plataforma Modular de Propulsión Eléctrica (MEB) del grupo Volkswagen y del cual se ensamblarán hasta 350 unidades al día. Este vehículo se fabricará junto con el Octavia y el Karoq, en la única línea de producción del grupo que admite vehículos basados tanto en la plataforma MEB como en la MQB. Estará disponible con dos versiones, una con motor eléctrico de 177 CV, que dispone de una autonomía de 390 kilómetros, así como otra variante con 200 CV y 510 kilómetros de autonomía.