Mikel Insausti
Crítico cinematográfico
CINE

«Godzilla vs. Kong»

El cine ha creado muchos mitos duraderos, pero en nuestra niñez no hubiéramos imaginado que los grandes monstruos antediluvianos resucitados por la era atómica iban a sobrevivir a todas las modas del género fantástico, consolidándose en forma de franquicias millonarias. El de hoy es un tipo de espectáculo grandilocuente a todo color sin apenas relación con sus orígenes en blanco y negro, pero aquellos clásicos siguen conservando intacta toda su pureza que los hace todavía más irrepetibles y únicos. Del lado occidental está el “King Kong” (1933) de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, perteneciente a la genuina serie B de las producciones RKO. Y del japonés, el “Godzilla” (1954) de Ishiro Honda, que abrió las puertas de la distribución internacional a las creaciones más artesanales del estudio Tôhô.

Hollywood no ha parado hasta reunir a estos dos colosos y al resto de representantes del género nipón “kaiju-eiga”, de lo que se ha encargado la compañía Legendary Entertainment al comprar los derechos del original Gojira, así como de sus hermanos Mothra, Rodan o King Ghidorah. De dicho compendio surge el llamado universo MonsterVerse, del que “Godzilla vs. Kong” (2021) es la cuarta entrega. Aunque si comprimimos todo el recorrido de estas figuras míticas a lo largo de la historia del cine, estableciendo sendas franquicias, habría que señalar que Godzilla cuenta con un total de 36 películas en su haber, mientras que Kong se queda en 12.

La occidentalización del monstruo japonés por excelencia llegó con el “Godzilla” (2014) de Gareth Edwards, un filón que Legendary ha seguido explotando con el respaldo de Warner. Y a fe que les va bien, porque el trailer o avance de “Godzilla vs. Kong” (2021) ha sido el más visto en la historia del estudio de Hollywood, y en las encuestas se coloca como la película más esperada del 2021. Teniendo en cuenta que la rentabilidad puede ser máxima gracias a la doble modalidad de lanzamiento, con el estreno simultáneo el día 31 de marzo en la plataforma digital HBO Max y en las salas de proyección, tal vez nos encontremos ante la consolidación del servicio “on line” y la recuperación de la taquilla cinematográfica a la vez.

La inversión en el orden de los términos que aparecen en el título quiere da indicar que “Godzilla vs. Kong” (2021) no es un remake anglosajón del clásico nipón de Ishiro Honda “King Kong vs. Godzilla” (1962), aunque contiene un homenaje a aquella película, con la secuencia en que King Kong es transportado por helicópteros. Más bien se trata de una continuación de las previas “Kong: La isla Calavera” (2017) y “Godzilla, el rey de los monstruos” (2019). El que esta segunda realización fuera nominada para los antipremios Razzie de las peores películas anuales no parece haber influido a la hora de realizar una secuela, manteniendo al equipo de guionistas y a parte del reparto estelar.

Delante de la cámara repiten Millie Bobby Brown, Kyle Chandler y la actriz china Zhang Ziyi. Los responsables principales del nuevo argumento vuelven a ser Michael Dougherty y Zach Shields, claro que ahora supervisados por el más fiable Terry Rossio, pues para algo se la están jugando con un presupuesto de 200 millones de dólares. Todo con tal de no ahorrar en localizaciones exóticas, ya que el rodaje se ha extendido por Hawai, Australia y Hong Kong. La acción visual va a ser de gran efecto pirotécnico, potenciada por la atronadora banda sonora de Junkie XL.

La sinopsis trata de jugar al despiste, a fin de evitar spoilers anticipados. Por eso presenta a un King Kong envejecido y deteriorado físicamente por el paso del tiempo, lo que daría a entender que Godzilla es el claro favorito del duelo, con su radioactivo poder destructivo. La audiencia apuesta siempre por un ganador, pero la continuidad de la saga no lo permite, al menos de una manera tan obvia. Igual que se enfrentan a muerte también cabe la posibilidad de que se alíen frente a un enemigo común, a sabiendas de que ese giro funciona.