Teresa Moleres
SORBURUA

Consejos otoñales

Comenzamos el otoño con algunos trabajos necesarios para plantas de jardín e interior. Por ejemplo, hay que podar las aromáticas, que ya tienen sus espigas caídas y lignificadas, para que en primavera estén recuperadas. Plantas como la salvia, romero, lavanda, santolina y orégano son resistentes y requieren pocos cuidados, pero mejor si se les proporciona un suelo fresco, bien drenado y mucha materia orgánica.

Con las plantas en general, durante esta estación, hay que evitar fertilizantes con alto contenido en nitrógeno, así evitaremos que las plantas crezcan ya entrada la temporada con tallos largos y frágiles y el peligro de que se estropeen con las primeras heladas.

Respecto al césped, en otoño e invierno un corte al mes es suficiente para mantenerlo. Es muy importante recoger y no dejar que la fruta caída se pudra, ya que los hongos se instalan y se convierten en fuente de enfermedades. Con las plantas de interior se trata de aplicar los cuidados conocidos tales como eliminar las hojas y las flores estropeadas. Regar solo el sustrato evitando mojar flores y hojas y colocarlas cerca de una ventana sin sol directo. Cuidado especial merecen el ciclamen, las azaleas y las begonias.

Antes de comprar las plantas de interior para la nueva temporada, estudiar los cuidados esenciales que necesita cada planta. A la mayoría hay que evitarles el exceso de calor y sequedad, alejándolas de fuentes de calor como radiadores. La temperatura ideal es de unos 24 grados. Riegos ligeros con agua tibia y sin cal para que mantengan la humedad y no pierdan las hojas.

Recordar que las hojas bicolores, con manchas o listadas de las plantas de interior, las llamadas variegadas, son más frágiles que las de color único, más propensas a enfermedades y también con mayores necesidades lumínicas. Las plantas exóticas necesitan un ambiente que les recuerde su lugar de origen, orquídeas, bromelias, guzmanias; son delicadas y soportan mal las bajas temperaturas. Además, en el caso de las calateas, son muy frioleras y necesitan ambiente húmedo. Ahora se pueden plantar acebos porque tienen tiempo de arraigar antes de que entren los fríos, sin peligro de que mueran. Escoger un terreno algo ácido y profundo para que, en su madurez, no tengan problemas de sustentación.