«Corsage»
Curiosamente, la cineasta Marie Kreutzer es natural de Graz, la misma localidad austriaca de la que procede Arnold Schwarzenegger, con la diferencia de que el destino de la una se mantiene en Centroeuropa y el del otro está en Hollywood. “Corsage” (2022), con la que la estelar Vicky Krieps se llevó el premio de Mejor Actriz en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes, es la película que le va a dar a conocer definitivamente fuera de su país. Es un quinto largometraje que consolida una carrera muy coherente en la que anteriormente había abordado el drama familiar con “The Fatherless” (2011), el drama de pareja con “Gruber Geht” (2015), la maternidad con “We Used To Be Cool” (2016) y la enfermedad mental congénita de las mujeres en “El suelo bajo mis pies” (2019). Vicky Krieps ya había protagonizado el tercero, así que ahora repite por segunda vez con la directora.
Puede que el papel de la Emperatriz Elisabeth sea el más importante que ha hecho hasta la fecha, al menos por la trascendencia histórica de su renovador enfoque. La versión doblada, que se estrena el 7 de octubre, lleva el título de “La emperatriz rebelde”, y ya incide en ese sentido contestatario que quiere reivindicar la autora en cuanto al rol de la mujer en relación con el poder. De la misma forma que Disney-Pixar ha roto con las princesas tradicionales, es lógico que en Austria quieran terminar con el falso mito de Sissi, para mostrar un perfil más realista de la verdadera Elisabeth y su posición en la corte vienesa de finales del siglo XIX. Un apodo que, por cierto, al parecer derivó del diminutivo de Lisi. Si nos fijamos, en cambio, en el título original de la película, ese “corsage”, traducible como “corpiño” o “corsé”, se refiere lógicamente al encorsetamiento que vivía aquella sociedad, y si los hombres ya se sentían constreñidos dentro de ella, mucho más el sexo opuesto, incluso en el sentido más literal.
Frente a la imagen juvenil y dulcificada que mostró Romy Schneider en la trilogía dirigida por Ernst Marischka, conformada por “Sissi” (1955), “Sissi Emperatriz” (1956) y “El destino de Sissi” (1957), Vicky Krieps revela una mayor madurez y empoderamiento femenino. Es cierto que Romy Schneider se redimió de aquella etapa primeriza años después de la mano de Luchino Visconti con “Luis II, el rey loco” (1972), durante la estancia en Baviera de la dama imperial, que también es recogida en “Corsage” (2022), al igual que sus liberadores viajes a Inglaterra, a Northumberland.
Elisabeth estaba harta de Viena y del emperador Franz Joseph, por lo que quería huir de su marido y del ambiente cortesano. La opinión que el pueblo tenía de ella estaba totalmente manipulada, debido a que en aquella época se consideraba a las mujeres viejas en lo que ahora es la mediana edad. Sus canas provocaban burlas, pues se consideraba que envejecían al emperador. La propia emperatriz, con tal de escapar a tanta humillación pública, prefería que el emperador tuviera una amante más joven, para así poder hacer su vida lejos de los mentideros. Sin embargo, su propio hijo, ya se encargó de afearle su conducta amorosa fuera del matrimonio, más que nada presionado por los rumores y habladurías que no dejaban de crecer.
Marie Kreutzer ha querido que “Corsage” (2022) sea la versión alternativa de la vida del personaje, situando la acción a partir de que cumple los 40 años, recordando que murió a los 61, cuando decide hacer su propia voluntad, cansada ya de que los hombres le dijeran cómo había de comportarse.
La austriaca coincide con Sofía Coppola en “Maria Antonieta” (2006) y con Pablo Larrain en “Spencer” (2021) a la hora de retratar a mujeres que se rebelan contra el patriarcado institucional a su manera. A ellas no les está permitido decidir sobre sus vidas, ni siquiera en la esfera doméstica. Lisi no puede críar a sus hijos, porque para eso ya está la servidumbre palaciega. No hay relación de pareja posible, y el distanciamiento se refleja con ellos sentados en los extremos opuestos de la mesa.