El arte es un lugar de tránsito. Como cualquier otro estrato de la cultura, se encuentra siempre en evolución y en continuo movimiento. De hecho, todo aquello que permanezca estático y acomodado, debería en cierta medida parecernos sospechoso. La misión de la cultura es construir herramientas para el desarrollo de nuestra sociedad. La creación de relatos a los que nos acogemos para proyectar nuestras ideas o creencias pero también para enfrentarnos a realidades que nos desafíen y se vuelvan contra nuestras conciencias. Crecemos junto a ella o, mejor dicho, a través de ella, y nos permite desarmar y reconstruir tantas veces como queramos, nuestra manera de ver el mundo. Un ejemplo de esto son las carreras que desarrollan las y los artistas que referenciamos en esta página. Caminos que avanzan individualmente pero que encuentran momentos de cruces entre proyectos y propuestas, bien como resultado de una colaboración para una exposición o bien porque durante el transcurso de la vida se han dado coincidencias que así lo permiten.

Podríamos asegurar, con poco margen de riesgo, que todos y cada uno de los nombres que aquí aparecen se han servido de las conversaciones e intercambios para seguir construyendo, aprendiendo y madurando en su vida creativa. Puede que en el fondo la creación artística sea un proceso de escucha en el que lo individual y lo colectivo se va entrelazando con las experiencias vitales que rigen el devenir de lo que acontece.

Este año se cumplen 25 años del programa Bosteko, una cita habitual de estas páginas que se sostiene gracias a la colaboración de cinco municipios del Territorio Histórico de Bizkaia. Anualmente se realiza una propuesta de exposición colectiva que traza una itinerancia entre ellos, creando así diferentes oportunidades para conocer de cerca los resultados de cada edición. Tras su primera etapa en Basauri, podremos visitarla en Kultur Leioa hasta el día 24 de este mes. Luego proseguirá su recorrido por Getxo y Zornotza hasta acabar en enero en Arrigorriaga. El comisariado de Amparo Lozano y Julen Araluce ha diseñado una exposición en la que bajo el título “Habitar/Bizi” exponen sus trabajos tres artistas de nuestro territorio. Izaskun Alonso, Mikel Garate y Jorge Rubio conforman el trío protagonista de esta nueva entrega de Bosteko. A pesar de tener estilos muy diferenciados, todas las piezas expuestas se acercan al eje planteado en el título. La noción de habitar como una construcción de sentido entendido desde la actividad humana y la relación con el paisaje o la arquitectura, están continuamente presentes en las obras que toman presencia en la sala. Alonso aborda desde una pintura colorista y de paleta vibrante, juegos en los que las formas revelan intenciones constructivas. El trabajo de Garate destaca en la exposición con una obra de gran tamaño que se erige como una suerte de vivienda portátil y que nos remite a un nomadismo arquitectónico. Lienzos, imágenes y materiales acumulados dan forma a este refugio con ruedas. Por último, Jorge Rubio y su serie sobre chabolas que inició en 2015. La chabola como una construcción precaria, temporal, pero a la vez libre y autónoma que se mantiene viva en los márgenes de lo establecido.

En mayo pasado, el Museo Chillida Leku inauguró la exposición “Miró en Zabalaga”. Hasta el próximo 6 de noviembre podremos acercarnos a este diálogo entre Eduardo Chillida y Joan Miró (Barcelona, 1893-Palma de Mallorca, 1983), en un formato que el propio centro ya puso en práctica anteriormente con el legado de Tápies. Esculturas, pinturas y grabados del autor catalán, se despliegan en el primer piso del caserío Zabalaga mientras en paralelo tiene lugar la exposición permanente del escultor guipuzcoano. Esta doble oportunidad permite crear resonancias entre formas, gestos y conexiones que se dan en las trayectorias de dos de los nombres más destacados del arte del pasado siglo.