Mikel Insausti
Crítico cinematográfico
CINE

«Ti mangio il cuore»

Las películas italianas sobre la mafia rural tienen una fuerza expresiva que a las que tratan de la urbana les falta, y de eso anda sobrado el tercer largometraje de Pippo Mezzapesa, que es de Apulia, la zona correspondiente en el mapa al tacón de la famosa bota que ocupa el sureste italiano. Y por lo tanto conoce bien el terreno que pisa, porque “Ti mangio il cuore” (2022) está ambientada en la zona montañosa de Gargano, que volviendo al mapa sería el saliente que en la parte superior describe lo que vendría a ser la espuela de la bota. Está en la provincia de Foggia, y es universalmente conocida por la localidad de San Giovanni Rotondo, a donde anualmente acuden seis millones de peregrinos para visitar la iglesia del Padre Pío. Un reclamo turístico suficiente como para que se tape la violencia que sacude Gargano, donde se han cometido 360 asesinatos en los últimos 30 años, con el 80% de dichos casos criminales sin resolver.

Fue el libro de los periodistas Carlo Bonini y Giuliano Foschini el que destapó la situación histórica y reciente en Gargano, dominada por una de las mafias menos conocidas de Italia. Se trata de viejos clanes familiares ligados a las disputas provocadas por la tierra y la sangre hasta que, queriendo salir de la pobreza derivada de un clima con un sol abrasador que asola las granjas y sus animales con la consiguiente sequía de los pastos, empezaron a cometer robos. La carrera delictiva fue en aumento, y ya pasaron al contrabando y el narcotráfico, hasta llegar a las extorsiones y el amaño de contratos.

Mezzapesa siempre se ha preocupado en sus películas de las problemáticas locales, de aquellas que no se suelen ocupar los noticieros, sin que las denuncias ciudadanas lleguen a ser oídas en los centros de poder. En su ópera prima “Il paese delle spose infelici” (2011) reconstruyó las luchas que en los años 90 hubo en la provincia de Taranto, con sus suelos y el aire envenenados por la industria siderúrgica. En su siguiente “Il bene mio” (2018), película protagonizada por Sergio Rubini, como un paisano de la Providenza que se niega a abandonar su casa cuando comienzan las obras para paliar las consecuencias del terremoto. La característica común a sus tres largometrajes sería la de que siempre aborda estas cuestiones colectivas desde el punto de vista de personas concretas que las padecen.

Por eso en “Ti mangio il cuore” no sigue la estructura del libro de investigación periodística de Bonini y Foschini, prescindiendo de periodistas y policías como conductores del relato. El cineasta de Apulia ha preferido tomar uno de los personajes de los casos enumerados, concretamente el de Rosa Lidia Di Fiore, la primera informante que se atrevió a romper el muro de silencio mafioso.

Como quiera que se trata de una libre adaptación ficcional, Mezzapesa intuyó que detrás de la valiente decisión de la mujer había una historia de amor impedida por el odio entre clanes rivales, lo que daba lugar a una versión moderna de “Romeo y Julieta”, y lo que era la rivalidad entre los Capuletos y Montescos veroneses cambia de escenario y de apellidos.

En la realidad las familias en conflicto eran los Tarantino y los Ciavarrella, y parece ser que la tal Di Fiore se casó sucesivamente con miembros de ambos clanes, lo que desató una guerra patriarcal donde las hubiere. En el guion, que el propio Mezzapesa ha escrito con la colaboración de Antonella Gaeta y Davide Serino, se habla de los Camporeale y los Malatesta, con los Montanari ejerciendo una neutralidad engañosa.

La película se presentó en la sección Orizzonti de la 79ª Mostra de Venecia, donde lo que más impactó fue la elección de la cantante Elodie para el papel principal. Sus rasgos raciales se ven acentuados por la fotografía en blanco y negro de Michele D’Attanasio, que con sus contrastes extremos de luces y sombras le otorga una dimensión telúrica al rostro de esta mujer, ya que sobresale llamativamente sobre las oscuras vestimentas, tanto como la propia sangre derramada en los ajustes de cuentas.