Javi Rivero
Cocinero
GASTROTEKA

La arepa, el talo de Colombia y Venezuela

Feliz domingo familia! Ya estamos en ese momento del año en el que uno puede cenar a la luz del día y esto me emociona. No sé a vosotros, pero a mí pocas cosas me gustan más que cenar en una terraza con vistas y que se vea. Esa sensación de calidez, ese momento del día en el que por primera vez en todo el día apetece ponerse la chaqueta… Muchos de mis recuerdos gastronómicos están vestidos por esta estampa, a modo de postal. Recuerdo especialmente la última vez que tuve esa sensación de paz gastronómica en la que el entorno, el ambiente, el tiempo y la comida engranaron a la perfección. ¡Y esto fue en una arepería! Gora Kolonbia eta Venezuela!

Harina de yuca, harina de maíz y agua son los ingredientes con los que se elaboran las últimas que me comí. Lo cierto es que tengo un recuerdo brutal de todas y cada una de las arepas que me he comido. No recuerdo una mala. La última, rellena de reina pepiada. La reina pepiada es una mezcla de pollo, aguacate, cebolla y mayonesa. Maravilla + maravilla = MARAVILLA. Una arepa venezolana, rellena de reina pepiada es a Venezuela lo que un talo relleno de chistorra a Euskal Herria.

Esto es algo de lo que ya hemos hablado y de lo que no me cansaré de hablar nunca. En todo el mundo, en todas las culturas, en todos los rincones del universo existe una versión de tortita de alguna harina rellena de una “carne” (casi siempre). En nuestra cultura es el talo, en México son los tacos, en Venezuela o Colombia las arepas, los panqueques de EEUU, incluso un pan de pita representaría lo dicho en algunos países mediterráneos. Todo tipo de carnes rellenan estos panes, casi siempre carnes “pobres” o de aprovechamiento. Pensad que estas recetas han sido la energía de la gente que ha trabajado el campo, en la huerta y con los animales. Se trata de recetas elaboradas a partir de las harinas de los granos que uno mismo cultivaba y que se rellenaban con las carnes de animales que ya no eran provechosos para el trabajo del caserío, la finca o el rancho. Como bien dice Maria Nicolau, el nombre de un plato dice más sobre cómo entendemos la cocina y sobre cómo pensamos que sobre el plato en sí mismo.

Volviendo a la arepa que tanto disfruté, deciros que era una arepa de yuca. Las arepas se pueden preparar con harina de maíz o de yuca. Se pueden mezclar ambas o también se puede partir de yuca cocida. Dentro de todas sus versiones las mejores que he tenido la suerte de probar se han elaborado partiendo de yuca cocida. Después os cuento la manera de prepararlas.

La historia de esta receta o su origen se remonta a muchos años antes de que los europeos llegaran al nuevo continente. De hecho, se cree que la consumían los aborígenes de Venezuela y Colombia. La preparación de la arepa por estas gentes fue el resultado natural de haber producido el maíz, al igual que lo fue el talo en Euskal Herria.

De manera natural, la arepa ha evolucionado de manera distinta en cada país en el que se consume. Existen varias formas de cocinar la masa, se pueden asar, hornear, freír o cocer. De todas las maneras queda de maravilla, pero para mí, la mejor con diferencia es la asada a la plancha o a la parrilla. Queda crujiente por fuera y, en el caso de las de yuca cocida, queda super jugosa por dentro.

Reina pepiada. Para hacer la receta de la arepa que más me gusta, no por haberla cocinado, sino por haberme comido un cubo por lo menos, necesitaremos: 1 kg de yuca aproximadamente, 2 cucharadas de harina Pan (harina precocida de maíz), una pizca de sal, aceite y agua. Lo primero es cocer la yuca, pelarla y cortarla en dados hasta que esté bien blanda. Se dejan enfriar los pedazos de yuca y se trituran con la ayuda de un tenedor hasta obtener un puré fino. Con el puré bien fino, se añade la harina de maíz y se homogeniza todo. Se añade una pizca de sal y un chorrito de aceite. Hay que amasar muy bien el conjunto para obtener una masa fina y lisa. Se deja reposar la masa y, cuando esté manejable, se forman las arepas con las manos. Lo siguiente es cocinarlas, que ya os he dicho cómo se pueden cocinar.

Antes de seguir con la receta, deciros que hoy en día es relativamente fácil encontrar yuca o harina Pan. Ante la duda, acudid a un locutorio cercano, que seguro que tienen.

Lo dicho, vamos con la reina pepiada. El relleno de la arepa venezolana por excelencia y una de las mejores que he probado. Necesitaremos: 0,5 kg de pollo, 1 aguacate maduro, 1 cebolla mediana, 1 diente de ajo, 3-4 cucharadas de mayonesa, aceite de oliva, sal y pimienta.

Para elaborar la receta: Cortamos en juliana fina la cebolla y el ajo lo más fino posible. Cortamos el pollo en dados y salteamos todo junto hasta que empiece a dorar. En un bol, colocamos la carne del aguacate maduro cortada en dados y añadimos sobre esta el salteado de pollo y cebolla. El calor ablandará el aguacate y empezará a formar una crema. Por último, se añade la mayonesa y se mezcla todo. Se pone a punto de sal y pimienta, y listo. Solo queda rellenar las arepas. Para esto, se abren a la mitad, dejando un lado sin cortar para que no chorree.

Esta arepa la podéis rellenar con lo que queráis y este relleno lo podéis utilizar para rellenar lo que queráis. El contexto ahora es otro, la arepa o incluso el talo son algo exótico en nuestra cocina. Lo que antes era un plato de aprovechamiento y realidad campestre, hoy se ha convertido en un símbolo de turismo gastronómico allá donde vayamos, pero la receta sigue siendo la misma. Pensadlo bien, cuando alguien de fuera os visita y queréis ser anfitriones y guías de nuestra tierra, las opciones pasan por txuleta, sidra, gilda, txakoli y talo. En el caso de un venezolano, la primera opción son las arepas de reina pepiada. Es curioso conseguir que un plato elaborado con un ingrediente foráneo, aquí, sea un símbolo de nuestra cocina como tal. Puedo entender que en Venezuela sí lo sea, pero que el talo de maíz represente toda una cultura del caserío, me resulta curioso. Tiene toda la lógica del mundo, pero pensad en que aquí el talo es ahora un símbolo de fiesta y casi un artículo de “lujo” (para muchos, para mí siguen siendo baratos) y la arepa en Venezuela sigue siendo uno de los platos más consumidos del país.

Se pueden hacer mil lecturas de cualquier plato, ya sea de origen vasco o extranjero. Lo bonito, lo curioso detrás de todo esto está en cómo se consume, cuándo, por qué y con quién. Hay platos que reflejan la realidad de una sociedad y la evolución de la historia de un lugar concreto. El talo y la arepa son dos claros ejemplos de cómo el maíz en su cuna, y fuera de ella, ha evolucionado de dos maneras totalmente distintas, pero a la vez de forma similar.

Ahora, dejémonos de tanta reflexión y análisis histórico y pongámonos el delantal. Ya os he dejado alguna receta de talos en artículos anteriores, así que hoy toca preparar arepas y reina pepiada.

On egin!