XANDRA ROMERO
SALUD

La opresión estética se cuela en el postparto

La presión -en algunos casos la autopresión- ante los supuestos ideales estéticos del cuerpo de las mujeres también parece ejercerse en algunos de los casos en la fase del postparto. La autora establece una radiografía de una de las polémicas del verano y apela a la responsabilidad.

Resulta que de nuevo la presión o, más bien, la opresión estética, se cuela en un momento tan delicado como es el postparto de una mujer. Lo ha traído a la palestra este verano una popular presentadora, a través de un comentario estético en sus redes sociales (RRSS) sobre su cuerpo a las tres semanas de dar a luz, donde deja claro que los resultados que se observan (adjunta foto suya en bikini), son fruto de su esfuerzo con el ejercicio y la alimentación.

Esto ha generado un tremendo revuelo en RRSS y ella, sin comprender la razón de tal polémica, la ha zanjado así: «Es mi cuenta y hablo de mí, solo de mi caso personal». En primer lugar, ¿qué está pasando? ¿Desde cuándo los cuerpos postparto son la nueva prioridad estética en la vida de una mujer?

Por otro lado, creo que aún nos queda por asumir que existen mujeres con distintos cuerpos y pesos, y eso también se refleja en cómo aumentan su peso y lo pierden durante el embarazo y postparto. Hay mujeres constitucionalmente delgadas, mujeres cuyo cuerpo es fruto de un mayor o menor trabajo físico, mujeres con mayor adiposidad a pesar del autocuidado y un largo etcétera.

De hecho, sobre las trayectorias de peso postparto en mujeres con distintos cuerpos, el único estudio que he podido encontrar concluye, tras recoger datos de 212 mujeres, que la retención de peso seis semanas después del parto se asocia con el IMC y el peso aumentado durante la gestación, pero también las mujeres delgadas con un incremento excesivo del peso durante el embarazo tendieron a retener la mayor parte del peso después del parto. Es decir, que depende, principalmente, del peso acumulado durante la gestación, algo que no está en nuestra mano por más que nos hagan creer que sí.

Sin embargo, sobre el linchamiento a la susodicha presentadora, bueno, quizá la responsabilidad no esté toda en ella, y el resto, debemos recordar que nuestro deber es ser consumidores y/o espectadores críticos, que no debemos creer todo lo que nos dicen o, al menos, aplicar ciertos filtros.

Por último, el tema de «es mi opinión, es mi cuenta personal y digo lo que quiero», me resulta demasiado manido ya. Ciertamente cada cual puede expresar lo que considera y subir a sus RRSS el contenido que le plazca, ahora bien, cualquier personaje público, y en estos tiempos que corren aún más, tiene que saber que ser famoso es como en el caso de los superhéroes: un gran poder conlleva una gran responsabilidad; y ser un rostro tan conocido, guste o no, lleva inherente la responsabilidad pública, razón por la cual hay que ser extremadamente cuidadoso con los mensajes que se lanzan a la sociedad y a los colectivos más vulnerables.