Miren Artetxe
LITERATURA

Vidas rotas

Abdulrazak Gurnah nació en Zanzíbar en 1948, reside en Inglaterra desde los dieciocho años, es autor de diez novelas, y en 2021 fue galardonado con el Nobel de Literatura. “El desertor” es su cuarto título traducido al castellano desde que le concedieran dicho galardón; los otros: “A orillas del mar”, “La vida después” y “Paraíso” (Paradisua, Elkar, 2022). Ha dedicado toda su vida a la investigación sobre el poscolonialismo en la costa este de África, y en su obra ha explorado con frecuencia los temas del exilio, la identidad y la pertenencia -«para mí, lo que motivó la experiencia de escribir fue la idea de perder tu lugar en el mundo», declaraba en una entrevista-. Su trabajo ofrece un retrato vívido y muy preciso de esa África no tan conocida en Europa, una región «marcada por la esclavitud y la represión de los diferentes regímenes y poderes coloniales de la zona». En esta novela, como en el resto, habla de la huella del colonialismo en las poblaciones y su papel en la ruptura de las familias, las culturas y los continentes. Narra la historia de amor entre un inglés y una joven africana a finales del siglo XIX y cómo las consecuencias de esa historia reverberarán a lo largo de tres generaciones.

La novela se sitúa en una pequeña localidad costera de Zanzíbar. Abarca dos periodos: finales del siglo XIX, en pleno apogeo del colonialismo inglés; y la década de los cincuenta y sesenta del pasado siglo, cuando se proclama la independencia. Arranca una mañana de 1899, cuando el británico Martin Pearce llega al pueblo. Está exhausto y al borde del colapso. Hassanali, el tendero de la localidad, le acoge en su hogar, que comparte con su mujer, Malika, y su hermana, Rehana; y le ofrecen los primeros cuidados, hasta que un funcionario británico le lleva a su casa. Cuando Martin se recupera, irá a agradecer a la familia que le salvó, y surgirá el amor entre él y Rehana. A partir de ahí, el relato salta a la década de los cincuenta del pasado siglo. La familia protagonista es otra, tenemos la sensación de entrar en una historia diferente, pero a medida que avanzamos en la lectura, todas las piezas encajan y descubriremos las consecuencias que el amor entre Martin y Rehana tendrán en la vida de las generaciones posteriores.

Narrada con el característico estilo sereno de Abdulrazak Gurnah, en las entrañas de esta novela hay racismo, choques culturales y migración; pero, sobre todo, hay amor y, lo más relevante, amabilidad, un valor este último «que nos hace esencialmente humanos», señala el autor.