Las noches de fin de año y víspera de Reyes suelen propiciar el disfrute de eventos fuera del hogar. Son los llamados “cotillones”, con o sin cena incluida, y que, además, cuestan un dinero. Sobre gustos no hay nada escrito, pero sí sobre precauciones, por lo que dejamos alguna recomendación.

Para cualquier tipo de evento, las empresas organizadoras deben contar con los permisos necesarios y cumplir con las medidas de seguridad. Si en algún caso se aprecia que no se están cumpliendo, por ejemplo, si se supera el aforo, hay que informar a los responsables o, en su caso, a la Ertzaintza.

• Hay que comprar siempre las entradas en sitios oficiales para evitar falsificaciones.

• Si el evento se cancela, tenemos derecho a recuperar el importe pagado lo antes posible. Si nos ha causado algún gasto adicional, podemos reclamar una indemnización.

• Hay que conservar tickets o facturas de compra por si se necesita poner una reclamación. Se recomienda también guardar una copia de la publicidad del evento para, en caso de que no se cumpla con lo anunciado, se pueda exigir como si fuera parte del contrato.

• Se deben extremar las precauciones con el uso de elementos pirotécnicos, incluso con las inofensivas bengalas. Por desgracia se siguen fabricando prendas (ropas, manteles, adornos) con bastantes elementos químicos y son fácilmente inflamables.

En cuanto al tema de cenas, hay que informarse sobre las penalizaciones en caso de supuestas cancelaciones de última hora, máxime cuando en la reserva hemos facilitado nuestra tarjeta bancaria. Todos tenemos derechos, empresas y usuarios.

Por último, ya se sabe que, «si bebes, no conduzcas, y utiliza el transporte público», sobre todo por gratitud a esa buena gente que hace turnos a destajo también en Nochevieja.