Iker Fidalgo
Crítico de arte
PANORAMIKA

Luz, espacio y tiempo

«Fracción de segundo Espejo IV», de Anthony McCall, es la pieza principal de la muestra del artista británico y  permanecerá hasta mediados de noviembre en la sala Film & Video del Museo Guggenheim de Bilbo.
«Fracción de segundo Espejo IV», de Anthony McCall, es la pieza principal de la muestra del artista británico y permanecerá hasta mediados de noviembre en la sala Film & Video del Museo Guggenheim de Bilbo. (Oskar Matxin Edesa | FOKU)

El ser humano se relaciona a través de los sentidos. La subjetividad propia de cada persona se combina con acuerdos culturales que ayudan a enfocar las miradas que descifran el mundo que nos rodea. La luz, como ausencia de oscuridad y como constructora de espacios e imágenes, eleva el sentido de la vista a las posiciones más importantes de nuestras capacidades sensoriales. La percepción es entonces capaz de atender a lo dimensional y lo espacial y situar el cuerpo dentro de lugares que constituyen límites físicos y constructivos. Por último, el tiempo establece la durabilidad de las experiencias y dota de principio y final a todo aquello que sucede. Luz, espacio y tiempo son algunas de las grandes cuestiones que el arte, desde el cine, la fotografía, la escultura o la arquitectura, ha venido tratando a lo largo de su historia. Tres pilares que son tan básicos como relevantes en la manera en la que se crean las narraciones que explican la vida.

Desde estas premisas, el Museo Guggenheim de Bilbo inauguró a finales de junio pasado una nueva muestra en la sala Film & Video de su sede en Euskal Herria. Film & Video, además de un lugar expositivo, es un programa que funciona desde el año 2014 y cuya línea trata de buscar un espacio para aquellas prácticas híbridas que cabalgan entre la creación artística, el audiovisual o la instalación. Con motivo de las celebraciones de su décimo aniversario, ha invitado a Anthony McCall (Gran Bretaña, 1946) a mostrar parte de su trabajo hasta el ecuador del mes de noviembre.

McCall ha trabajado disciplinas tan diversas como el dibujo, la escultura o el cine, adquiriendo renombre a través de una serie de piezas que trabajaban con un elemento conocido como luz sólida. La luz sólida es una proyección de un haz de luz que reivindica una relevancia volumétrica a través de su expansión en un espacio concreto. El artista persigue la creación de una atmósfera envolvente, en la que el público es parte indispensable del juego coreográfico entre sombras y figuras lumínicas. Para esta ocasión se presentan una serie de obras que permiten contextualizar el trabajo del artista británico. “Fracción de segundo Espejo IV” es el título de la pieza principal y en ella, formas giratorias, luces que se cruzan entre transparencias y la propia oscuridad crean una composición casi escenográfica.

El público adquiere un papel performativo, puesto que se ve forzado a interactuar, dando sentido a los elementos que intervienen y a lo que sucede entre ellos. Junto a esta, una pieza de los años setenta, “Miniatura en blanco y negro”, formada por un carrusel de diapositivas y una serie fotográfica del pasado 2017, “Cortina de humo”, completan la inmersion en el legado de Anthony McCall.