CON IRIBAR,BAI EUSKARARI
MUCHOS, MUCHÍSIMOS SE HICIERON DEL ATHLETIC POR ÉL... INCLUSO LO HACEN DESPUÉS DE RETIRARSE. ESO, EL DECIR ADIÓS, SUCEDIÓ HACE AHORA 35 AñOS. UN HOMENAJE A IRIBAR Y AL EUSKARA, SU LENGUA.
– ¡No nos hagas esa putada!
– Pero si no puedo ni agacharme...
La exclamación pertenece a Pedro Aurtenetxe, responsable en aquellos tiempos del área deportiva del club; la respuesta, sincera, de José Ángel Iribar. Con 37 años, el Txopo anunciaba su adiós al fútbol... El único que se ‘alegró’ fue Peio Agirreoa. Meses después. El Athletic le tributaba un merecido homenaje en La Catedral. Era el 31 de mayo de 1980, hace mañana 35 años.
Tras 18 años, el mito se retiraba. Sus últimos minutos vestido de negro fueron ante Las Palmas, el 11 de noviembre del año anterior. A partir de ahí, casi ni se acercó por Lezama. La cintura le daba muchos dolores. Próximo el final de la campaña, el Athletic, en una escueta nota, anunciaba su adiós. La prensa vizcaina pidió que lo pudiera hacer desde el campo, en partido oficial, ante el Betis, pero Senekovischt se negó. Iribar, hoy, lo desmiente: «Hacía tiempo que había decidido cómo iba a ser mi despedida de San Mamés y de la afición: vestido de calle».
Fue el 30 de mayo, contra una Real Sociedad plagada de internacionales, y con presencia de algunos jugadores de Osasuna y Alavés. Txillida se encargó de la litografía para la ocasión. ‘‘El día 31 todos a San Mamés para decir, con Iribar, bai euskarari’’ rezaba el cartel anunciador. «Un partido serio», reclamó el agasajado, que decidió no vestirse de corto para darle el carácter que pedía. Y la recaudación, para el euskara. En torno a 30.000 personas se citaron en aquella despedida. Iribar, con una profusa barba metáfora del cambio que se avecinaba en su vida, desfiló brazos en alto por un cordón de dantzaris y compañeros de profesión. «Hoy sólo está aquí el euskera», dijo cuando alguien le acercó un micrófono al centro el campo.
Efectivamente, toda recaudación, cerca de 10 millones de pesetas –las entradas costaban entre 300 y 1.000 pesetas– tuvo como destino el fomento de la lengua vasca. Con un potente «eskerrik asko!» finalizó su alocución, mientras se resistía a abandonar el centro del campo, su casa durante tantos y tantos años.
El partido seguramente fue lo de menos. Un clarificador 1-3 para los donostiarras, muy superiores en aquellos tiemposa a los rojiblancos. Al final del choque, Iribar hizo entrega a Arkonada de una placa de agradecimiento. Su sucesor bajo los palos vascos. Era la despedida de un mito, un reconocimiento que no tuvo por parte del fútbol español. La postura política adoptada por Iribar, declarándose en favor de la amnistía y posiciones coincidentes con Herri Batasuna, le granjeó no pocas críticas fuera de aquí. El titular del ‘‘ABC’’ era un revelador ‘‘Despedida insultante’’ por la petición expresa del portero zarauztarra de que la Policía Nacional no estuviera presente en el campo y en su lugar fuera la Policía Municipal.
Iribar colgaba los guantes. Hace 35 años. Hace casi tantos como la última Copa ganada.