Hondarribia está a punto de conseguir la Bandera de Zarautz, una de las pocas que faltan en sus vitrinas. En una prueba que acabó disputándose contra el crono, con un desbarajuste tal –balizas movidas, banderas arrancadas por el oleaje, retrasos, operarios presurosos, delegados iracundos y demás– que aquello pareció convertirse en una «yincana». Pero como la «Ama Guadalupekoa» tiene el santo de cara, bordó su regata y entró en la meta «surfeando» una ola interminable, bajando de los 20 minutos, y sacando más de 18 segundos a Urdaibai, segundo clasificado de la prueba. Mientras que Kaiku, tercero ayer, se colaba por méritos propios en la tanda de honor, en detrimento de un San Juan que cae hasta la quinta posición de la Liga San Miguel.

Después de mucho «piar» y rasgarse las vestiduras desde diversos frentes sobre la supuesta falta de seriedad de las regatas de Galicia, al final el «desmadre a la americana» llegó en Zarautz, a cuenta de una mar que recordó que es traicionera siempre. Con las cuatro traineras de la primera tanda ya alineadas, Portugalete se encontró con que su baliza se había soltado. Después de mucho sudar por parte de la organización, esa baliza de la primera calle quedó puesta, pero la de la calle cuatro también se desparejó, volviendo inviable la regata en línea.

Total, que la organización de la regata, antes de informar oficialmente a los clubes –algo que enojó sobremanera a los delegados–, informaba vía megafonía que la prueba zarauztarra se iba a disputar contra el crono, todos por la calle dos, y en orden inverso a la clasificación de la Liga San Miguel. Para más inri, el oleaje se llevó consigo la bandera de esa calle dos, aunque los operarios estuvieron al quite para reponerla al instante.

La competición pura y dura mostró que Kaiku salía a por todas en «su» regata, a las órdenes de un Asier Zurinaga hiperactivo. Orio y San Juan eran incapaces de mantener el ritmo de la «Bizkaitarra», mientras que Urdaibai copiaba los tiempos de su «némesis», pero sin llegar al nivel de Hondarribia. El último largo de los de la «Ama Guadalupekoa» fue casi poético, capaces de atrapar cada ola que se les pusiera a tiro, incluyendo una última que los hizo volar a la meta, dejando la regata zarauzrra vista para sentencia.

Hachazo de Portugalete

La «Jarrillera» de Portugalete dio un gran salto en su camino por evitar el descenso directo. Cerca estuvo incluso de llevarse la primera tanda, pero erraba en el largo final y Zierbena se le coló, remontándole nada menos que 14 segundos en la última empopada. Mientras, Meira vivió un día para olvidar.

Con todo, el cuadro galaico pudo dar gracias de ver cómo las aguas se calmaban, porque solo así lograron las tandas siguientes superar a la «revoltosa» primera serie, fruto de un «desmadre» de regata... en casa.