Nos trasladamos al Bilbo de 1905. El novedoso foot-ball iba adquiriendo preponderancia como espectáculo y como deporte después de las Copas ganadas en Madrid por el Athletic.

Contemplamos nuestra Villa a orillas del Ibaizabal, rodeado de nuevas alturas, viendo ascender al cielo el humo de las fundiciones, sintiendo la velocidad de los trenes y tranvías, admirando la ría cubierta de vapores de diversas banderas, presenciando el trabajo de los cargadores, siguiendo con la vista los volquetes colmados de mineral y escuchando el ritmo del trabajo.

Era un Bilbo “moderno” que en un cuarto de siglo había pasado de 37.000 habitantes a 80.000 cambiando la vida social. El proyecto del ensanche de Achúcarro, Alzola y Hoffmeyer se estaba quedando pequeño. El Teatro de Arriaga, el edificio de la Diputación de Bizkaia, la construcción del “Nuevo” Santo Hospital en el barrio de Basurto, la iglesia del Sagrado Corazón, el Banco de Bilbao y numerosos soberbios edificios particulares de la burguesía bilbaina iban poblando la Gran Vía Don Diego López de Haro y calles afluentes.

Entre aquellos nuevos edificios, el 14 de setiembre de 1905, hace ahora 110 años, se inauguraba el “moderno” Salón Olimpia, obra del arquitecto Ricardo Bastida, que iba a resultar un referente cinematográfico en el Botxo de principios del siglo XX con su moderno proyector de cine, marca “Pathé Freres”, de París para más señas y que eliminaba las oscilaciones de las primitivas películas.

El periódico “El Nervión” recogía la noticia al día siguiente: «Anoche a las siete se verificó la inauguración al público del gran salón de cinematógrafo moderno Olimpia, en la Gran Vía. En todas las secciones hubo un lleno completo en las localidades de preferencia y muy buena entrada en las inferiores». «Gustaron mucho las películas que se estrenaron, que fueron El hada de las flores, Viaje en tercera clase, La venganza, La primera salida, de Damasco a Jerusalén y Carrera de automóviles» continuaba el periódico bilbaino con el programa emitido en la sesión cinematográfica.

Pero sin aviso previo y como extraordinario se estrenó la película “La Sociedad Atlética en el Campo de Lamiako” grabada meses antes en el campo de Lamiako y donde aparecían los jugadores del Athletic luciendo sus primitivas camisolas azules y blancas compradas años antes por Juan Moser.

La película causó gran efecto en el público por ser conocidas muchas de las personas que en ella aparecían. Aquel histórico día de 1905 sería la primera vez que se pudo ver el foot-ball en Bilbo y seguramente, hasta que se demuestre lo contrario, es la primera filmación de football de nuestra historia. Lástima que esté desaparecida.