Una candidatura que agrupe a la izquierda navarra en las elecciones al Parlamento español. Este es el objetivo que se han marcado personas vinculadas a movimientos sociales que ven que el modelo por el que el cambio político ha llegado al Gobierno navarro y a la mayoría de los ayuntamientos puede trasladarse a una candidatura conjunta al Congreso y al Senado.

Begoña Zabala es una las personas que han impulsado esta propuesta, que mañana celebrará una asamblea abierta en Iruñea, y recuerda que los movimientos sociales navarros tienen una larga trayectoria de trabajo conjunto. «No podemos olvidar que llevamos cuatro años trabajando en común para hacer frente a los recortes antisociales impulsados por UPN», destaca.

Este es el punto de partida. Los movimientos sociales navarros son los que han tomado la iniciativa en esta cuestión. El manifiesto en el que se emplaza a la constitución de esta candidatura unitaria está suscrito por personas individuales que trabajan en movimientos sociales en áreas como el decrecimiento, la economía social, el impago de la deuda ilegítima, la lucha contra el paro, el antirracismo, la defensa de la sanidad pública, el movimiento vecinal, la exclusión social, el internacionalismo, la lucha contra la corrupción, la memoria histórica o el feminismo. De este modo, el manifiesto que llama a la constitución de esta candidatura recoge demandas de estos movimientos y también la del dere- cho a decidir en lo social, en lo económico y en lo político.

La respuesta obtenida por esta propuesta ha sido positiva entre las formaciones políticas que actualmente la están debatiendo en sus correspondientes órganos. EH Bildu la ve con buenos ojos y también ha tenido una buena acogida en el seno de IUN. Geroa Bai se ha desmarcado y ha optado por presentarse en solitario aprovechando la corriente a favor que supone tener a Uxue Barkos como presidenta del Gobierno navarro.

Más complicado resulta adivinar cuál puede ser la respuesta de Podemos, en unos comicios en los que Pablo Iglesias se juega su futuro político. Cada asamblea de esta formación en Nafarroa es incierta, pero Laura Pérez, en una entrevista en un medio local, no la descartaba si la confluencia iba más allá de una suma de siglas y se centraba en los contenidos.

Este es precisamente el modelo con el que han trabajado los impulsores de la candidatura unitaria navarra, que sean los movimientos sociales los que acuerden unas bases comunes que posteriormente se plantean a los partidos. No en vano, recuerdan que el caldo de cultivo para el cambio en Nafarroa se creó, en buena medida, por la movilización en la calle, impulsada principalmente por los movimientos sociales. En otros territorios del Estado se han dado procesos de confluencia similares al que se propone en Nafarroa –también en la CAV–. El caso de las triunfantes Mareas en Galicia es uno de ellos.

Las elecciones de otoño deberían servir para blindar el cambio en Nafarroa. Cada vez parece más evidente que UPN y PP concurrirán por separado en estos comicios, por lo que el voto de la derecha se dividirá. No parece que ni José Javier Esparza, ni Amelia Salanueva, ni María Kutz, los tres candidatos que optan a dirigir UPN, apuesten por echarse en brazos del PP. Todo lo contrario, cualquiera de ellos parece que optará por marcar un perfil diferenciado y reforzar la marca UPN.

En este escenario, conseguir derrotar a la derecha en las elecciones de diciembre supondría un gran espaldarazo al proceso de cambio en Nafarroa. Y un fuerte golpe para quienes actualmente buscan recolocarse en la oposición. Asimismo, en un momento en el que en el Estado español puede abrirse un proceso de revisión estructural que Nafarroa tenga una representación mayoritaria de las fuerzas del cambio en Madrid es dar otro paso en la buena dirección en un camino en el que queda mucho por recorrer.