Joseba VIVANCO
Fútbol internacional

Siempre hay un primer día

El Standard de Lieja es colista en Bélgica, a Ibrahimovic le llaman «mierda» y Danielle de Rossi juega su partido 500 con la Roma.

Los malvas remataron 23 veces en la segunda mitad y solo anotaron un gol, insuficiente para remontar el 0-2 a favor del Westerlo con el que se habían ido al descanso. Lieja es la primera urbe de Valonia, región de larga tradición industrial, de ahí, se dice, la imagen sencilla y popular de sus habitantes, en contraste con la capital Bruselas, encorsetada como la metrópoli rica, poderosa y burguesa. Lieja es conocida como la ‘Ciudad Ardiente’ y quizá por eso mismo no sea de extrañar que el estadio de su principal club, el Maurice Dufrasne, sea conocido popularmente como chaudron o caldero. El bautizado también como ‘infierno de Sclessin’ por el ambiente que reina en sus gradas, asiste atónito, en sus más de cien años de historia, al laberinto de despropósitos en que se ha sumido el Standard de Lieja y que ha derivado que tras esta derrota se sitúe colista de la liga belga, algo que no sucedía desde hace ¡64 años! Y esta próxima jornada derbi regional ante el Charleroi.

El campeonato doméstico no lo comanda ninguno de los clásicos belgas, ni el Anderlech ni el Brujas, sino la revelación KV Oostende. De Kustboys, como les llaman, encarnan la pasión futbolera al norte del país y aun así esta es la tercera vez en su historia que juegan en la máxima categoría. Un club pequeño, con un estadio de apenas 8.500 espectadores, que apuesta por la cantera y que desde 2007 mantiene un acuerdo con el Celtic de Glasgow para que éste le envíe jugadores jóvenes.

La irrupción de este club en el prometedor fútbol belga se asemeja a la agradable sorpresa de ver que los equipos que secundan al poderoso PSG en la Ligue 1 francesa no son ni el Lyon (6º), ni el Mónaco (10º), ni el Girondins de Burdeos (14º) ni siquiera un hundido Marsella que no levanta cabeza ni siquiera con Michel en el banquillo (16ª), sino el Angers y el Caen. Ambos siguen la estela de los parisinos de un Zlatan Ibrahimovic que anotó un doblete en su visita a Bastia, aunque la imagen del partido no fueron sus goles, sino el momento en el que a la finalización del choque el defensa corso y ex del Arsenal Sébastien Squillaci insultó al sueco: «Eres un mierda, no eres un gran jugador, no tienes ningún tipo de respeto por los otros, hay que mostrar respeto». Desde luego, no es la primera vez que le dicen algo parecido. «Mi mentalidad ganadora tiene una desventaja: me vuelvo loco», reconoce ‘Ibra’ en su reciente autobiografía.

Tras vapulear por 1-4 al Stade Rennais, el Nice –que viste históricamente de negro y rojo después de que en un amistoso con el Milan en 1910 los italianos les prestaran su indumentaria– se ha convertido en uno de los equipos más goleadores de las grandes ligas europeas. Suma 24 tantos en 9 encuentros, al igual que Borussia Dortmund y Manchester City, solo sobrepasado por el Bayern con 29 goles.

Los 20 minutos de Klopp

Los hombres de Pep Guardiola solo anotaron uno esta jornada, obra de Thomas Müller, pero suficiente para sumar su novena victoria seguida en otras tantas jornadas, récord en la Bundesliga. A siete puntos le sigue el Dortmund, cuya afición estaba expectante por ver si Pierre Aubameyang marcaba por novena jornada consecutiva, otro récord, pero el gabonés, lejos de cualquier individualismo, asistió en los dos goles de su equipo a pesar de que bien pudo finalizar las jugadas.

Los renanos, a pesar del duro tropiezo ante el Bayern, parecen haber recuperado el nivel de la era Jurgen Klopp y quizá una de las claves esté en su nutrición. El nuevo preparador físico del equipo, el exdecathleta Rainer Schrey, ha diseñado una rigurosa dieta de estricto cumplimiento para todos los componentes del plantel carente de pan blanco, pizzas, pastas o azúcar industrial. Reus, Gundogan y compañía solo tienen permiso para ingerir fideos o noddles en el capítulo de los carbohidratos, pero sólo si son integrales. Lo que nos trae a la memoria una anécdota sobre Ronald Koeman en sus tiempos de jugador en el Groningen, allá por 1982. El entrenador había prohibido la mayonesa en las comidas prepartido. En un encuentro, se despistó y el camarero sirvió un poco. Koeman cogió dos patatas y las untó en mayonesa. Cuando estaba a punto de comer, el técnico le vio: «Si comes una, son 500 florines de multa». Koeman le miró, se metió las dos en la boca y dijo: «Que sean 1.000».

Su Southampton marcha octavo en la Premier y esta jornada visita al equipo en el cual se centraban todas las miradas este pasado fin de semana, el debut de Jurgen Klopp al mando de un Liverpool que arrancó un valioso empate ante el Tottenham, dejando veinte inicales minutos del clásico gegenpressing sobre el rival que identificaba a su anterior equipo el Dortmund, pero se fueron difuminando hasta acabar dependiendo de su portero Mingolet para rescatar un punto. El equipo batió el récord de kilómetros recorridos en Premier esta temporada (más de 116 entre todos los jugadores), fruto de la exigencia física generada por el modelo de juego de Klopp.

El que se dio un festín fue el líder City, en el que a falta de un Kun Agüero lesionado, el controvertido Raahem Sterling justificó parte de los 50 millones de libras que costó y se marcó un repóker de goles en el 6-1 de los suyos. También el United dio el do de pecho con su 0-3 en casa del Everton, guiado por un excelso Ander Herrera –Van Gaal se lo reconoció después–, que marcó y asistió a Wayney Rooney, primero del capitán devil en Goodison Park desde 2007 y primero fuera de casa desde noviembre del año pasado.

Alexis Sánchez, hecho a sí mismo

Entre City y United sigue metido el Arsenal, bajo la batuta de Mesut Özil, la irrupción explosiva del joven lateral catalán Bellerín y el poderío arriba del ‘Nino maravilla’ Alexis Sánchez, que firmó dos goles. Qué lejos quedan aquellos días de infancia del chileno en el Arauco, enclenque, indisciplinado, al que sus compañeros recriminaban porque no les pasaba la pelota.

‘Dilla’ le tildaban entonces, por ser escurridizo como una ardilla, aunque también aseguran que porque era como una ‘pesadilla’ y no solo en el campo. De familia muy humilde, criado en un barrio conocido como la ‘Esquina del Diablo’, su padre les abandonó y su madre lidió con sus cuatro hijos. «Tranquila, voy a ser futbolista y tendremos dinero», le repetía. Solo pensaba en el balón. Incluso el alcalde de su pueblo le regaló unos botines para jugar, a petición de su madre... En julio de 2014, llegó al Arsenal por 35 millones de libras, acompañado de su familia y sus dos inseparables perros, uno de ellos de nombre ‘Atom’, en honor a Oliver Atom, personaje de ‘‘Supercampeones’. Y cada Navidad viaja hasta su pueblo a disfrazarse de ‘Viejito Pascuero’, saludar y repartir regalos entre su gente.

El chileno suma seis goles en la Premier, tres menos que Jamie Verdy, el delantero del sorprendente Leicester, un tipo que apenas hace cinco años alternaba su trabajo fabricando férulas médicas con un equipo de la octava división inglesa, el Stockbridge Park Steels, donde marcó 66 goles en 107 partidos, percibiendo un salario de apenas 30 libras a la semana. Seis dianas lleva el argentino Pipita Higuain en la Seria A, firmando una dupla con el chaval Insigne que en Nápoles ya se compara con la de Maradona-Careca o Cavani-Lavezzi. Los partenopeos son el equipo de moda en Italia, sobre todo tras su 2-1 al líder Fiorentina de este fin de semana.

Partidazo entre ambos equipos que no tuvo nada que ver con el 0-0 del Inter-Juventus, lo que permite a la Roma auparse a la segunda plaza, con gol de Daniele de Rossi en su partido 500 con los giallorosi y la Ciudad Eterna plagada de pancartas en su honor. Telonero del gran Francesco Totti, el ‘futuro capitán’ como le llaman, hace tiempo que vuela solo. «Solo lamento no poderle dar a la Roma más que una carrera», dijo una vez. Eso sí, su sueño, jugar en Boca.