Sánchez consultará a las bases sobre un pacto que mantiene abierto
Pedro Sánchez mete presión a sus «barones» y anuncia que consultará a las bases cualquier pacto de Gobierno. Aunque la medida no gustó, ninguno de los altos cargos del PSOE podía permitirse decir en público que rechaza preguntar a los militantes. No hay detalles sobre qué tipo de acuerdo puede buscar, aunque su margen está acotado.

Jugada táctica y en clave interna de Pedro Sánchez. Con los «barones» presionando para acotar su capacidad de llegar a acuerdos de investidura, el secretario general del PSOE se sacó ayer un as de la manga. Preguntará a las bases sobre cualquier posible pacto y luego, tras la reválida de los militantes, el texto llegará al Comité Federal, con lo que gana margen de cara a una posible negociación. Sobre lo que no da pistas es, precisamente, de las condiciones que impondría para un futuro Gobierno alternativo. En su discurso cargó duramente contra el PP y quiso escenificar la imposibilidad de permitir que nadie de Génova gobierne. También lanzó dardos a Podemos. Así que solo le queda Ciudadanos, que es la opción favorita pero que no suma por sí solo. Que pusiese como ejemplo de «buena política» la elección de Patxi López como presidente del Congreso tras un acuerdo a tres con PP y Ciudadanos puede ser una pista de hacia dónde podría querer llevar las conversaciones.
«Barones» como Susana Díaz, presidenta de Andalucía, comenzaron la jornada con una pequeña victoria pero se marcharon con cierta sonrisa forzada, tratando de disimular que eso de preguntar a las bases no les hace ni pizca de gracia. Antes del Comité Federal, una pequeña reunión de la Ejecutiva concluyó con acuerdo forzado: el Congreso Ordinario no será en junio como tenía previsto la dirección, sino los días 21 y 22 de mayo. Previamente, el 8, los militantes elegirán al secretario general. En realidad el triunfo de Díaz y los suyos (a Andalucía se le suman Asturias y Extremadura como líderes de la rebelión) es menor. Ellos querían forzar el cónclave en febrero o marzo y tener margen para poder sustituir a Sánchez al frente del partido. El hecho de que se adelante a mayo es casi cosmético. En caso de que ya hubiese Gobierno, algo muy poco probable, la discusión estaría condicionada por qué papel juega el PSOE. En caso de que se repitan elecciones no parece probable que estas sean hasta junio, con lo que sería difícil que Ferraz hiciese un proceso de renovación a contrarreloj. De este modo, el secretario general se garantizaría su continuidad, que es de lo que trata este debate.
Pero Sánchez todavía tenía otro golpe de efecto: la consulta a las bases de cualquier acuerdo de Gobierno. Con esta jugada el líder de Ferraz se garantiza algo más de espacio a la hora de negociar, ya que ninguno de los líderes territoriales díscolos se atrevió a cuestionar, al menos en público, un proceso que permite conocer la opinión de los afiliados. Además, ganó legitimidad para un difícil acuerdo con Podemos, ya que las bases son más partidarias de llegar a acuerdos con los de Pablo Iglesias que los miembros de la dirección.
La reacción de los «barones» dejó claro que les había pillado a contrapié. Susana Díaz, a quien todos esperaban, no lo rechazó y puso un ejemplo envenenado. Recordó que ya el SPD alemán utilizó esta fórmula para validar el pacto con los conservadores de Angela Merkel. ¿Un guiño a la «gran coalición» de la líder más opuesta a pactar con Podemos? Mientras, otros como Ximo Puig entraban en disquisiciones filosóficas sobre la fórmula adecuada para compaginar la «democracia representativa» –es decir, el Comité Federal– y la «directa».
La decisión, no obstante, está tomada. Según explicaban fuentes de Ferraz, lo que se sometería a votación sería el acuerdo de gobierno, pero no los posibles apoyos parlamentarios que este necesitase. Esto deja fuera de la consulta, por ejemplo, la abstención necesaria de DIL y ERC en caso de que PP y Ciudadanos votasen en contra. Una posibilidad, la de apoyarse en independentistas, que los «barones» rechazan. La falta de claridad de la consulta abre diversos escenarios. Por ejemplo, podría someter a votación un pacto con Ciudadanos y obviar que para alcanzarlo sería necesario el apoyo de PP o de Podemos. Teniendo en cuenta que la plana mayor de Ferraz sigue aplaudiendo el nombramiento de Patxi López como presidente del Congreso pese a que la mayoría de la Mesa está en manos de PP y Ciudadanos, queda claro que hay disposición a avalar cualquier cosa hacia la derecha.
En relación a los posibles pactos, más de lo mismo. José Antonio Pérez Tapias, líder de Izquierda Socialista, sí que dejó caer que había escuchado intervenciones «conservadoras», aunque mantuvo que hay margen para la alianza «de izquierdas». Frente ese posible acuerdo, los «barones» esgrimen dos argumentos contrarios: el primero, que el objetivo de Podemos es «fagocitar» al PSOE. «No nos ataca por lo que hacemos, sino por lo que somos», dijo en el interior de la sala Javier Fernández, líder asturiano. Por otro lado está el apoyo de los partidos independentistas. Y ahí los críticos rechazan contar incluso con su abstención, ya que se verían limitadas sus opciones de actuar como gobierno ante el avance del proceso soberanista.
La próxima cita será el martes, cuando se sabrá si Sánchez aspira o no a la investidura.
Mendia, en cuatro días del «no somos asamblearios» al aplauso
La secretaria del PSE, Idoia Mendia, aplaudió ayer la consulta propuesta por el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, para preguntar a los militantes sobre posibles pactos. «Nunca hay que tener miedo a consultar a las bases», aseguró, aunque recordando que la última palabra la tiene el Comité Federal. Resulta soprendente la velocidad con la que la líder del PSOE en la CAV ha cambiado de idea. Concretamente cuatro días. El pasado martes, en el programa «En Jake» de ETB2, la propia Mendia descartó tajantemente una consulta ante las preguntas del periodista Xabier Lapitz. «El PSOE no es un partido asambleario», afirmó, remarcando que ni siquiera es una formación «confederal» sino «federal», por lo que corresponde a su órgano de dirección establecer los pactos. «Nuestra militancia nos ha votado para estar allí», afirmó. Según dijo entonces, solo sería entendible una pregunta de este tipo si se pactase con el PP, lo que resultaría «radicalmente opuesto» a los planteamientos de bases y dirección. Algo paradójico cuando ella misma fue portavoz en el Gobierno de Lakua gracias a los votos, precisamente, del PP.
Lo sorprendente de todo esto es que Mendia dijo ayer que Sánchez ya le había informado sobre su movimiento cuando estuvo en Donostia hace más de una semana y que se lo reiteró el viernes. Tiempo suficiente para cambiar de opinión en público.A PRADILLA

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