El Consorcio de Residuos de Gipuzkoa (GHK) le pidió que reconsiderara su postura y la Diputación de Gipuzkoa que ampliara su superficie. Finalmente, y en contra de lo que la propia Mancomunidad de Urola Erdia acordó por unanimidad en noviembre, el vertedero de Lapatx, en Azpeitia, el único que a día de hoy sigue funcionando en toda Gipuzkoa, seguirá recibiendo residuos del resto del territorio.

Aquella primera decisión se tomó en base a unos informes técnicos que advertían que, en caso de seguir con ese funcionamiento, los propios municipios que conforman la Mancomunidad se quedarían sin poder verter por falta de espacio en tres meses. La decisión de ayer fue tomada, en palabras de los responsables, teniendo en cuenta la «situación de emergencia» que en esta materia atraviesa Gipuzkoa. «GHK tienen otras alternativas para gestionar las basuras de Gipuzkoa. Nos han pedido tiempo para prepararlas. Por ello, la Mancomunidad de Urola Erdia ha vuelto a mostrar su solidaridad y GHK podrá seguir trayendo basura hasta que Lapatx se llene completamente», señaló la Mancomunidad en en una nota.

No obstante, avisaron de nuevo de que el vertedero de Lapatx está a punto de desbordarse, por lo que pidieron soluciones a la Diputación foral del PNV-PSE. «No podemos ser más solidarios», apuntaron desde la Mancomunidad de Urola Erdia.

La decisión se tomaba horas después de que GHK afirmara que había remitido al Gobierno de Cantabria una solicitud para que autorice el vertido de sus residuos de la fracción resto en Meruelo. El preacuerdo tendría una vigencia de tres meses y entraría en vigor este sábado, pero ahora está por ver qué ocurre.

El precio de cada vertido sería de 96 euros por tonelada más IVA, y Gipuzkoa se comprometería a pagar el coste del modelo de tratamiento que está implantado en Cantabria.