Sabino Angoitia mostró en la conversación mantenida con GARA para el reportaje publicado ayer su apoyo a la decisión de su hijo Iosu de aparcar la bicicleta porque le faltaba la motivación necesaria.

Iosu Angoitia (Markina, 1995) fue uno de los mejores juniors a nivel estatal y eso le llevó a ser fichado por el equipo de Contador y por la Fundación Euskadi en sus dos primeros años como amateur. Su amigo Jon Irisarri le propuso ir con él a Caja Rural, pero prefirió no cambiar, pero cuando empezó a entrenarse decidió parar.

Su padre explica a GARA que «el año pasado venía desmotivándose. Trabajó unos meses conmigo en la misma empresa de un familiar, terminó en diciembre, empezó a entrenarse y me dijo que quería hablar conmigo, que no tenía motivación. En julio le veía desmoralizado, le dije que era mejor que lo dejara si no estaba motivado y que fuera con la cuadrilla a divertirse».

Motivar a los jóvenes

Angoitia entiende que hay que motivar a los chavales. «Ha estado dos años becado y te hacen unas pruebas de esfuerzo, pero no te dan un euro y no le puedes ni invitar a la novia a ir al cine. Es difícil sacrificarse cuando ves a padres pagar a los equipos para entrar en un continental o cuando te pagan 500 euros al mes en esa categoría. Me dice que anda bien, pero que no es un campeón y no ve claro el futuro que tiene si sacrifica la juventud. Le dije que como padre le voy a apoyar y como director la pena es dejar la bici sin saber hasta donde iba a llegar. Los resultados de las pruebas que le hacían eran buenos, pero yo también algunos años dejaba la bici en verano y volvía al año siguiente».