EPPK se movilizará del 15 al 20 por la libertad de los presos enfermos
EPPK vuelve a situar entre sus prioridades la repatriación y, sobre todo, la liberación de sus integrantes gravemente enfermos. Por ello, en víspera de la resolución definitiva respecto a la situación de Lorentxa Guimon, anuncia una serie de protestas en prisión que culminará con un ayuno el 20 de febrero: el mismo día de las marchas a las prisiones.
El Colectivo de Presas y Presos Políticos Vascos desarrollará entre los días 15 y 20 de este mes una serie de iniciativas en demanda de libertad para sus miembros gravemente enfermos. «Será la asamblea de cada prisión la que decida qué clase de iniciativas llevará a cabo a lo largo de esa semana: encierros, rechazos de comida, actos de propaganda, plantes informativos... Y el 20 de febrero, sábado, todos ayunaremos», explicita.
Sitúa estas protestas en el marco de la decisión que se espera adopten los tribunales franceses el próximo 25 de febrero en relación a la petición de puesta en libertad de Lorentxa Guimon, que sufre la enfermedad de Crohn.
En un comunicado remitido a GARA, el Colectivo también vuelve a exigir su repatriación, «porque es legal; porque es justo; porque ha de ponerse fin al castigo añadido que sufren nuestros familiares y seres queridos; porque supondría un paso de gigante en el camino de la paz y la libertad».
En ese sentido, EPPK saluda las muy diversas iniciativas nacionales e internacionales «en favor de los presos vascos, tanto a nivel general como en casos específicos». Y destaca sobre el resto la acción sincronizada de Ernai en las cuatro capitales del sur de Euskal Herria, el 30 de diciembre, y las manifestaciones del 9 de enero que llenaron las calles de Baiona y Bilbo.
El comunicado hace hincapié, en su parte inicial, en los «incesantes intentos» del Estado español, con la colaboración del francés y de «los agentes en otros tiempos favorables a la solución», por cerrar la puerta a la resolución del conflicto. Y censura que, en ese estadio de bloqueo, «la situación en las cárceles es cada vez más dura».
EPPK añade que, en el ciclo abierto tras el cese de la actividad armada de ETA, ha respondido con «generosidad» a todos los requerimientos que se le han hecho, «siempre en beneficio del proceso que debe traer la solución y la libertad a nuestro pueblo. Y observamos con incredulidad la mezquindad con la que actúan los responsables políticos ante la nueva situación».
Les acusa de actuar con «deliberada injusticia» cuando piden a EPPK «que nos arrepintamos, que delatemos a compañeros, que digamos aquello que no creemos, cuando saben que no lo haremos». Y de «retorcer sus propias leyes e idear unas nuevas cuando no les son suficientes las existentes» en pos de la perpetuación del conflicto.