El Athletic recupera la sonrisa. Oculta por lágrimas de frustración durante los últimos años, hoy vuelve a lucir esplendorosa. Nueve años después de levantar su último trofeo, el equipo rojiblanco alcanza su quinto título de Liga, lo que le convierte en el más laureado del torneo.

Lo hace una semana antes de lo esperado. O no. Porque, por si las moscas, el equipo se reunió ayer para presenciar el partido entre Barcelona y Atlético, el que podía confirmar su triunfo. Incluso Iraia Iturregi, escéptica hasta la víspera, decidió llevarse dos botellas de champán. Por si acaso. Y el acaso se cumplió. Es- ther González adelantó a las colchoneras en el Joan Gamper y, mientras técnicos y jugadoras rojiblancas se comían las uñas, y hasta los dedos, en Lezama, el Atlético aguantó el vendaval culé durante una hora. A las dos en punto terminó el partido, la primera derrota de la temporada para el Barcelona, y 600 kilómetros al este estallaba la fiesta. Y lo que queda.

«Ya no me queda voz. Y fuerzas también poquitas –confesaba la capitana un par de horas después, cuando compareció en rueda de prensa junto a Ainhoa Tirapu y Joseba Agirre, arropadas, y jaleadas, por toda la plantilla–. Pero el día y la noche serán largos todavía. Merece la pena celebrarlo».

Indudablemente. El Athletic, en una temporada nuevamente marcada por las lesiones, y todavía con una jornada por delante para mejorarlo, ha ofrecido el mejor rendimiento de su historia. La clave, en opinión de Joseba Agirre, la fortaleza del bloque. «En la primera charla que tuvimos –recordó–, les dije que la calidad puede ganar un partido pero que lo que gana un campeonato es la plantilla. Ha quedado superdemostrado». Sobre todo si esa plantilla, subraya Iraia, «trabaja lo que hemos trabajado en cada entrenamiento y sufre lo que hemos sufrido en cada entrenamiento». «Hay que celebrarlo porque nadie lo ha peleado y sufrido más que nosotras», corroboró Ainhoa.

«¡Seguro que sigo otro año!»

Con 31 años, Iraia Iturregi lleva algún tiempo percibiendo la sombra de la despedida... que tendrá que esperar al menos un año. «¡Ya te digo ahora mismo que seguro que sigo otro año!», exclamó ayer entre los vítores de sus compañeras. «Con este subidón no tengo ninguna duda», se rió.

Cuando lo haga, al menos, habrá acabado con su «obsesión, no retirarme sin poder celebrar otro título», algo por lo que quiso agradecer a compañeras y cuerpo técnico, así como «a todos los que nos apoyan, a todos los empleados de Lezama e Ibaigane... Todos han puesto su granito de arena».

Se unió Ainhoa, recordando a «toda la gente que nos ha arropado en los malos momentos, que se ha volcado con nosotras. Ahora también tienen que disfrutar. Nos toca disfrutar a todos por todo lo que hemos sufrido los últimos años». La guardameta, al igual que Joseba Agirre e Iraia hicieron especial hincapié en las jugadoras lesionadas numerosas, que «nos han empujado con su ánimo». A.U.L.