Oihane Larretxea
Periodista
IKUSMIRA

Las pequeñas cosas

Hace poco me preguntaban algo que pasó casi inadvertido y que después me ha hecho pensar. «¿Qué son para ti las vacaciones?». Imaginé el mar, las rocas, el sol, el pollo a la brasa de mi aita y los mapas de carreteras secundarias por los que perderse, literalmente. Soñé destinos y paisajes, gentes de otros lugares y experiencias emocionantes.

He vuelto a plantearme la pregunta. Y sí, las vacaciones están en lugares alejados de casa, pero no solo allí; también en gestos al alcance de cualquiera: se trata de descansar de las responsabilidades del día a día que nos engulle, andar sin reloj, apagar los datos del móvil, o el móvil, y no tener que pensar qué cocinar para cenar. Dormir hasta tarde y remolonear pese a que el despertador sonó hace rato. Sentarse en una terraza para beber una cerveza, ir al muelle a comer carraquelas o bajar al Náutico con la toalla al hombro para darse un chapuzón. Sal en la piel y el pelo ajado por los golpes del sol.

Las mejores vacaciones no dependen del destino, son las que más se disfrutan y logran dejar un poso en nuestros recuerdos. Lancé la pregunta en mi entorno, y escuché varias opiniones. «Ir a mesa puesta», me decía una ama de casa, «sentir el contacto con el mar y que la sal se cristalice», decía una amiga, o «arrancar el coche y hacer un egunpasa a Iparralde». Nadie deseó un crucero, ni un viaje a Tailandia, y me resultó bastante significativo, porque intuyo que la felicidad, en muchas ocasiones, está en las pequeñas cosas, también en vacaciones. Disfrutad de las vuestras, sean donde sean, y de la compañía. Nos vemos a la vuelta.