En una conversación tuitera pocos minutos antes de comenzar la final, le preguntaban su pronóstico a la persona que en ese momento estaba al mando de la cuenta de la Federación Española de rugby. «Nueva Zelanda tiene mejores individualidades, pero Australia mejor equipo», venía a responder.

Acertó (24-17). Sobre todo porque a las aussies sí les funcionó el equipo –muy solidario y sólido en tareas defensivas–, mientras que a Nueva Zelanda le fallaron las individualidades, con mención especial para su gran estrella Portia Woodman, máxima anotadora del torneo pero que cometió un par de errores que en esta modalidad y ante un rival así se pagan muy caros. Sus desconsuelo al término del choque lo dice todo.

Australia, liderada por una excelsa Charlotte Caslick –reconocible por sus largas trenzas morenas con unos llamativos lazos amarillos–, ha clavado las previsiones en un estreno olímpico que ha repetido el orden de las últimas Series Mundiales. La de Brisbane tiene solo 21 años y ha sido la mejor del torneo.

Cuentan que hace cinco años, la Federación Australiana hizo una labor de reclutamiento entre chicas que practicaban diferentes deportes, para que se pasaran al Seven. Lo cierto es que el plan les ha salido redondo, dejando sin premio gordo a sus grandes rivales.

Nueva Zelanda se queda con una plata que le sabe a poco. Y nos dejaron una haka de despedida entre un mar de lágrimas, emotiva, de las que salen de dentro, nada de postureo. El tren de los cinco aros no pasa todos los días.

El bronce fue para Canadá, que en féminas es un equipo importante tanto a Seven como a XV. Las de la hoja de arce doblegaron a una Inglaterra disfrazada de Gran Bretaña, por mor de una normativa que impide a Inglaterra, Escocia o Gales participar bajo su enseña.

La irregular EEUU, que ha protagonizado las mayores sorpresas para bien y para mal, ha sido quinta por delante de Francia (6ª) y una España (7ª) en la que las vascas Ángela del Pan, Amaia Erbina y Bárbara Plá han tenido un papel relevante con muchos minutos sobre el verde.