Hendiduras en el statu quo
Mo Farah logró defender su oro de los 10.000 a pesar de una caída, mientras Elaine Thompson sometió a Fraser-Pryce en los 100.
Los Juegos Olímpicos suelen ser el momento que marca las nuevas jerarquías en el mundo del atletismo, mandatos que toca refrendar en cada olimpiada. Sin llegar a asonada, la primera jornada del atletismo en Río sí que dejó ciertas grietas en el statu quo, que no llegaron a resquebrajarlo por la hazaña de Mo Farah, que fue capaz de revalidar su oro en los 10.000 metros a pesar de su caída. En longitud masculina, un solo centímetro salvó a Henderson de la irrupción del sudafricano Mmayonga, mientras que en categoría femenina la revuelta fue mayor, con una transición relativamente tranquila entre las jamaicanas Elaine Thompson y Fraser-Pryce en la velocidad y la belga Thiam revolucionó el heptatlón, con su primera gran victoria, mientras Jemina Jelagat Sumsong regaló a Kenia, con un ataque a dos kilómetros de meta, la primera medalla de oro en un maratón olímpico femenino.
Desde que fue vencido por el etíope Ibrahim Jeilan en los Mundiales de Daegu 2011, Mo Farah ha ganado todos los grandes campeonatos en los que ha participado, ya sean olímpicos, mundiales o europeos, por lo que el suyo es uno de los reinados más longevos del atletismo actual. En los últimos años, tan solo el keniano Geoffrey Kamworor, campeón mundial de cross y de medio maratón, se había atrevido a plantarle cara, aunque sin demasiado éxito.
Para los kenianos, humillados una y otra vez por Farah en una prueba que hasta no hace mucho consideraban «suya», la final olímpica constituía un nuevo desafío. Junto a ellos, los etíopes, con tres corredores entre los mejores del ránking de 2016, representaban sus mayores amenazas y el nacido en Mogadiscio les dejó hacer, agazapándose en la cola del grupo, hasta bien avanzada la prueba.
Con todo, el susto más grande se lo llevó a falta de 15 vueltas, cuando se vio envuelto en cuna caída, de la que se reincorporó inmediatamente, justo cuando el grupo se estiraba al ritmo marcado por Tola. Los keniatas irrumpieron a partir del ecuador de la prueba, lanzando Muchiri el primer ataque serio en el sexto kilómetro. Farah se pegó al trío keniano, la escena más repetida en los últimos tiempos.
Del trío keniano solo quedó Tanui. Farah se permitió tomar la cabeza a 3 vueltas, en un quinteto con Tanui, Demelash, Tola y su compañero de entrenamientos, el estadounidense Galen Rupp. Tanui tiró con fuerza en el último giro pero Mo no cedió un milímetro y, acto seguido, procedió en la recta final a su ejecución.
A sus 33 años, Mo Farah ha logrado hacerse con el primado mundial del fondo y ha salido aparentemente indemne de las sospechas de dopaje que se han cernido sobre su entrenador, el estadounidense Alberto Salazar, y sobre su amigo, el entrenador somalí Jama Aden, detenido el mes pasado en Sabadell (Catalunya) en una operación policial contra el dopaje. Este miércoles Farah tiene una cita con la primera ronda de 5.000 metros. El doble-doble olímpico del fondo está más cerca.
Sin tripletes
La jamaicana Elaine Thompson se convirtió en la nueva reina olímpica de los 100 metros con una marca de 10.71, evitando que su compatriota Shelly-Ann Fraser-Pryce, defensora del título, se convirtiera en la primera atleta que ganaba tres oros olímpicos seguidos en una prueba individual, algo en lo que también fracasaron Tirunesh Dibaba (10.000 metros) y Valery Adams (peso).
Fraser-Pryce dominó tres cuartas partes de la carrera, pero sucumbió al final ante la potencia sostenida de Thompson y terminó cediendo incluso el segundo puesto, por tres centésimas, a la estadounidense Tori Bowie (10.83).
Un salto de 8,38 metros en su último intento dio al campeón estadounidense, Jeff Henderson, la medalla de oro en salto de longitud con un solo centímetro de ventaja sobre el sudafricano Luvo Mmanyonga, dejando al campeón anterior, el británico Greg Rutherford, un consuelo de bronce. Manyonga, un atleta de 24 años con quien nadie contaba, estuvo a punto de protagonizar la gran sorpresa. Campeón del mundo júnior en Barcelona 2010, el sudafricano logró el mejor registro de su vida.
Donde sí se produjo un tremendo vuelco fue en el heptatlón femenino, donde la belga Nafissatou Thiam se convirtió en la nueva mujer más completa al proclamarse, contra pronóstico, en la nueva campeona. Pese a su juventud (21 años) y a no tener ningún triunfo ni podio de gran relevancia a nivel universal, la belga se llevó el oro ante la británica Jessica Ennis-Hill, defensora del título.
En un maratón marcado por el intenso calor, Jemina Jelagat Sumsong inflingió a la bahrainí Eunice Kirwa –también nacida en Kenia– su primera y más dolorosa derrota de todo el año y, por primera vez en 12 años, la ganadora repite continente. Los 21 grados a la hora de la salida y, sobre todo, el 83% de humedad, causaron estragos entre las atletas, también a la navarra Estela Navascués, que tuvo que abandonar en el kilómetro 23.