Fin de la generación dorada
Manu Ginóbili y Andrés Nocioni anunciaron su retirada de la albiceleste tras caer ante los Estados Unidospor 105-78. Pau Gasol es duda para semifinales por una contractura. Serbia superó en el «derbi» a Croacia.
Lágrimas en los ojos, aplausos del público y hasta de los jugadores estadounidenses, el triunfo por 105-78 de los norteamericanos sobre Argentina suponía el fin de la generación dorada de la albiceleste. Tras el encuentro, tanto Manu Ginóbili como Andrés Nocioni anunciaron su adiós a su selección. Carlos Delfino también podría decir adiós, mientras que Luis Scola confirmaba su continuidad.
Durante 10 minutos hubo partido, y durante 30, nostalgia. Un arranque espectacular de Campazzo adelantó a los sudamericanos por 9-19. Pero Estados Unidos despertó de la mano del mejor Kevin Durant, y con un parcial de 27-2, volteó el marcador para no mirar atrás. Al descanso, Argentina caía por 56-40 y nunca más volvió a meterse en el encuentro.
Los Estados Unidos se las verán con una España que llega con una seria duda: Pau Gasol. Según Sergio Scariolo, el de Sant Boi sufre «una contractura en el gemelo de la pierna derecha» y es duda hasta última hora.
Australia y Serbia jugarán en la otra semifinal, después de que los plavi se impusieran en el «derbi» balcánico por 83-86 a Croacia. Los de Sasha Djordjevic rompieron el choque con un parcial de 14-34 en el tercer período. Bogdan Bogdanovic fue su mejor anotador, con 18 tantos, ante una Croacia que, pese a los 28 de Bojan Bogdanovic, cayó tras estar cerca de remontar.
De hecho, se puso a un punto varias veces, 79-80 a 19 segundos la última. Pero Serbia no tembló en los tiros libres finales y amarró la victoria, llegando por primera vez a semifinales desde la edición de Atlanta 1996, cuando aún se hacía llamar Yugoslavia.
España, plata femenina
En lo que respecta a la primera semifinal femenina disputada entre España y Serbia, las de Lucas Mondelo se ganaron el derecho de vestirse con la medalla de plata, tras batir a las balcánicas por 68-54. Un triunfo basado en el rebote –44 a 31–, con Laura Nicholls y Ndour imponiendo su ley, y el talento exterior de Torrens y Silvia Domínguez.
Al cierre de la edición, Estados Unidos jugaba ante Francia su semifinal, en la reedición de la final de Londres 2012, con claro favoritismo norteamericano.