Familiar es el adjetivo que mejor define a Joaquín Caparrós, un técnico que ha logrado mejores resultados en aquellos equipos con plantillas compuestas mayoritariamente por futbolistas de casa, como es el caso de Osasuna.

Quienes le conocen aseguran que ese carácter cercano no solo lo lleva a la práctica con sus jugadores, sino también con el resto del personal de los clubes por donde ha pasado, e incluso se trata de un tipo rocero, al que le gusta vivir en el centro de las ciudades donde ha residido y entremezclarse con la gente de la calle para conocer las costumbres y hábitos de dichos lugares.

Metódico en sus costumbres profesionales diarias, no deja nada a la improvisación en lo que a su trabajo se refiere y le gusta compartir esas tareas, fomentando siempre la labor de equipo entre las diversas áreas relacionadas con el equipo. Exigente desde la autoexigencia, conoce lo que es trabajar con importantes canteras, como la del Sevilla y Athletic.

Amante de la buena gastronomía, también tiene lazos con la cultura –tiene un hijo artista, Adrián–, es una persona inquieta en la divulgación de aspectos técnicos futbolísticos y ha hecho sus pinitos en el mundo del periodismo. Tiene las características para encajar en la entidad rojilla, pero ahora hace falta que entre la pelotita...