Joseba VIVANCO
EUSKAL SELEKZIOA

Un paso adelante ¿dos atrás?

El partido navideño de la Euskal Selekzioa llega en puertas de cumplirse 80 años desde que el Gobierno del Lehendakari Agirre impulsara la primera Selección de Euskadi en pro de un reconocimiento que décadas después no parece más cercano que entonces.

La Euskal Selekzioa vuelve a casa por Navidad, como el turrón, del duro, porque su oficialidad sigue estando lejana y porque la celebración de estos encuentros ni siquiera albergan el entusiasmo de no hace tanto. Un partido que llega cuando se cumplen 80 años del nacimiento de aquella primitiva Selección de Euskadi a iniciativa del Gobierno de José Antonio Agirre, embrión de un futuro combinado nacional que al año siguiente partió de gira enarbolando la enseña vasca por Europa y luego América. En lugar de aquellos objetivos, estos duelos auspiciados por la Federación Vasca han pasado de aquel carácter reivindicativo de tiempo atrás, a una hoy fiesta familiar, pasando por el durante un tiempo «juega la selección, id preparando kalimotxo y vodka naranja, que si eso la revindicion de la oficialidad ya la dejamos para otro día».

En los prolegómenos del duelo habrá en la capital bilbaina algunos actos reivindicativos, como los organizados por Herri Norte Taldea con una kalejira bajo el lema ‘‘Partidu folklore gehigorik ez’’, o el anuncio del colectivo alavesista Iraultza 1921 de que no asistirá por entender que es un «mero partido con objetivos lucrativos», aunque sí anima a acudir a las convocatorias previas.

Hasta el momento en que el asunto de la oficialidad se tome en serio por parte de las administraciones competentes, siempre es de agradecer el compromiso de los jugadores con esta cita que por parte vasca presenta un plantel de primer nivel ante un rival, Túnez, que seguramente se agrandará más que ante Catalunya aunque solo sea por un escenario como San Mamés, que invita al buen fútbol. Veremos si también contagia a un público que todavía tiene hoy, en taquillas, opción de adquirir entradas, ya que a última hora de ayer aun restaban más 20.000 billetes por venderse.

En lo meramente deportivo, entrenamiento por la tarde en Lezama ante escaso público, y el tándem José Mari Amorrortu y Mikel Etxarri que contarán con los consabidos Iraizoz, Bóveda, Etxeita, Balenziaga, San José, Iturraspe, Susaeta, Muniain, Sabin Merino y Aduriz, por el Athletic; Zaldua, Mikel González, Iñigo Martínez, Yuri Berchiche; Illarramendi, Xabi Prieto y Oyarzabal, de la Real; Capa y Dani García, del Eibar; Toquero y Manu García, del Alavés, y Oier Oiarzabal, del Granada.

Ayer, uno de los tres debutantes, el realista Mikel Oyarzabal confiaba en una buena entrada al estadio y que «la gente disfrute», pero haciendo hincapié en que «aquí hay nivel, que algún día se puede llegar a jugar una Eurocopa o un Mundial, porque hay jugadores que han dado pasos importantes en su carrera». A su juicio, lo importante es jugar «para que la gente vea que esto va en serio». En esa línea habló Gaizka Toquero, que dijo «venimos para divertirnos», pero también es un llamamiento «para demostrar que somos una selección de nivel que puede competir con cualquiera, que la gente vea que podemos estar ahí, y ayudar a que esta selección pueda jugar una Eurocopa o un Mundial».

El gasteiztarra aclaró que «esto no es ninguna pachanga», ante un rival «atractivo, fuerte y duro», destacó el presidente de la Vasca, Luis Mari Elustondo, sobre la 34ª selección en el ránking de la FIFA.