Rusia ha invitado al equipo del presidente electo estadounidense, Donald Trump, a las negociaciones de paz sobre Siria que tendrán lugar el 23 de enero en Astaná, capital de Kazajistán, esquivando a la Administración saliente de Barack Obama, informó el viernes por la noche el diario “The Washington Post”.

El Departamento de Estado indicó que EEUU no había sido invitado formalmente a las negociaciones en Astaná, organizadas por Moscú, Ankara y Teherán y en las que se reunirán representantes del régimen y de los grupos rebeldes, pero que, si se diera el caso, aconsejaría a la Administración Trump que acudiera a la cita.

Según “The Washington Post”, el embajador ruso en Washington, Serguei Kislyak, invitó a EEUU a la cita de Astaná en una conversación telefónica que mantuvo el 28 de diciembre con el futuro consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, Michael Flynn. Pero «no se tomó ninguna decisión» en esa conversación, dijo un responsable del equipo de transición de Trump, citado por el diario.

El futuro portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, confirmó el viernes a la prensa la conversación telefónica, pero dijo que «giró en torno a la logística para facilitar una llamada telefónica entre el presidente ruso (Vladimir Putin), y el presidente electo (Donald Trump) tras su investidura».

En la noche del jueves, el jefe de la diplomacia turca, Mevlut Cavusoglu, anunció que su socio ruso estaba de acuerdo en que EEUU entrara en el proceso. «Estados Unidos definitivamente debería estar invitado y eso es lo que acordamos con Rusia», dijo. «Nadie puede ignorar el papel de Estados Unidos. Y esto es una posición de principios para Turquía», agregó.

Sin embargo, el Kremlin, que tiene mejores relaciones con Trump que con Obama, sigue con el suspenso. «No puedo pronunciarme. Por supuesto, somos favorables a una representación lo más amplia posible de todas las partes» implicadas en el conflicto sirio, dijo el viernes su portavoz, Dimitri Peskov.

Las conversaciones en Astaná se celebraran el lunes 23 de enero, primer día oficial de trabajo de la nueva Administración Trump, que tomará el mando de la Casa Blanca el 20 de enero.

Turquía volvió a rechazar ayer enérgicamente la posibilidad de que los kurdos estén representados en Astaná, tal y como ha pedido esta misma semana EEUU, por el PYD, aliado de Occidente junto a las milicias YPG y considerado una organización «terrorista» por Ankara por sus vínculos con el PKK.