No hay censura explícita. Tampoco existen listas negras, pero lo cierto es que la derecha lleva años desarrollando su eterna estrategia: callar y aislar a los demás. Es su manera de hacernos creer a todos que somos una minoría, que somos unos pocos, cuando lo cierto es que la minoría, poderosa y rica, pero minoría, son ellos. El resto somos la mayoría y sería imperdonable dejarse intimidar y permanecer inmóviles.» Estas palabras las pronunció el actor Tim Robbins en Madrid hace ya más de once años y a pesar del tiempo transcurrido mantienen toda su vigencia.

Así, hoy toma posesión como presidente de los Estados Unidos Donald Trump, un magnate que ha basado su estrategia electoral precisamente en eso: en hacer callar a todos los demás. Incluso tras alcanzar la victoria, continúa tratando de intimidar a todo el mundo, ya sean adversarios políticos, líderes de otros países o periodistas.

Da la impresión de que esa estrategia de matón de barrio gana cada día más adeptos. El lunes los portavoces de los sindicatos EHNE y ENBA cargaron duramente contra la sociedad de ciencias Aranzadi a cuenta de un informe de esta institución científica sobre Aralar. Utilizaron palabras gruesas para desacreditar el estudio, pero no aportaron ni un solo dato para justificar sus afirmaciones.

Es posible que de esta manera consigan que ninguna institución científica vuelva a escribir nada sobre Aralar; pero así también desacreditan las razones que puedan sustentar su posición. La impresión que dejaron es la de un grupo de presión mandando callar y tratando de intimidar al resto de la sociedad.