Raimundo Fitero
DE REOJO

El pueblo

Muchas horas y en directo. Así me hago un sitio en los cielos empedrados de los inútiles con algo de información. Me lo tragué casi entero. Lo de Trump forma parte de una historia escanciada por brotes de esquizofrenia colectiva. El desfile de proclamación, su caravana, las tradicionales muestras militares parecían de una película mala y lo digo con convencimiento. Una puesta en escena como lo de la Luna, pero con más figurantes. ¿Ha llegado Donald Trump a la Casa Blanca? No se sabe con exactitud. Aunque de ser cierto, la gran pregunta es si en su primera noche consumió viagra.

Estamos hoy en el tercer día de la era Trump, que se ha estrenado firmando un decreto o algo similar para desmontar en el menor tiempo posible el Obamacare, que es una tímida ley de protección sanitaria a los desfavorecidos que afecta a once millones de estadounidenses. Aparte de ver muy poco público, además de la figura hierática de la primera dama enfundada en un vestido azul blindado, de la corbata súper larga del presidente, lo más hilarante es que todavía haya terrícolas dedicados a analizar su discurso, debatirlo y sacar conclusiones con marchamo de seriedad.

Si alguien como este hombre naranja asegura que «el 20 de enero de 2017 será recordado como el día en que el pueblo se convirtió de nuevo en el gobernante de la nación», ¿quién puede seguir analizando lo que diga si no es desde la perspectiva de “Los Simpson” o de una película tipo resaca en la Casa Blanca? Lo que deja estupefacto es que para la ultraderecha social, política y mediática esto no se considere populismo. ¿Qué querrá decir cuando dice “pueblo”? Populismo, patria, nacionalismo... «Desde hoy, América primero», muro, el manual aplicado en su versión extrema. Y medio mundo, otros pueblos, protestando en las calles.