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TRUMP LLEGA A LA CASA BLANCA

Trump y May reforzarán una bilateral «relación especial»

Theresa May se convirtió ayer en la primera gobernante extranjera en reunirse con Donald Trump. Ambos se comprometieron a reforzar la «relación especial» bilateral.

Recién instalado en la Casa Blanca, el presidente estadounidense, Donald Trump, recibió ayer a la primera ministra británica, Theresa May, con quien discutió sobre los eventuales lazos comerciales post-Brexit y la forma de dar un impulso diferente y fortalecer la «relación especial» entre ambos países, sobre todo en materia de comercio y defensa. Lanzaba así un mensaje a la Unión Europea.

May logró un golpe diplomático al ser la primera gobernante extranjera en ser recibida por Trump en la Casa Blanca, lo que suscitó una gran polémica en Gran Bretaña, donde no fueron bien recibidas las declaraciones del neoyorquino sobre musulmanes, mujeres o torturas –ayer Trump dijo que aunque defiende el uso de la tortura, dejará que su secretario de Defensa, quien se opone a ella, decida si retomar esa práctica o no–.

May viajó con la esperanza de mantener conversaciones «preliminares» para un acuerdo comercial, pero su margen de maniobra es pequeño y la Unión Europea advirtió de que Reino Unido no puede empezar discusiones formales hasta que abandone totalmente el bloque. Además, los expertos señalan que se tardarían años en completar cualquier acuerdo.

De todos modos, May, que prometió iniciar los dos años de negociaciones de ruptura con la UE en marzo, ya ha abordado la cuestión de los acuerdos comerciales con India, Australia y Nueva Zelanda.

Su ministro de Finanzas, Philip Hammond, insistió ayer en que Reino Unido sigue siendo un «miembro comprometido de la Unión Europea» y respetará las normas comunitarias en materia de comercio. «Por supuesto que queremos estrechar lazos comerciales con nuestros muchos socios comerciales en el mundo, pero somos muy conscientes de nuestras obligaciones bajo los tratados y las seguiremos con precisión», afirmó.

La cuestión comercial, sin embargo, no fue uno de los temas a los que Trump y May se refirieron en su breve rueda de prensa conjunta. Se mostraron evasivos respecto a este tema, pero coincidieron en comprometerse en fortalecer los lazos bilaterales tras los cambios de rumbo producidos en EEUU –victoria de Trump– y Reino Unido –Brexit–. Trump mostró su entusiasmo por el Brexit –«una cosa maravillosa» que dará «identidad» a Reino Unido, manifestó–.

Cuando las relaciones transatlánticas atraviesan un período de tensión, May tuvo la precaución de hacer hincapié en que Trump está «al 100%» con la OTAN, que este último calificó en su día de «obsoleta».

La afinidad fue el eje central, pero respecto a Rusia, Washington y Londres no comparten la misma visión. Trump se mostró evasivo respecto al levantamiento de las sanciones internacionales impuestas a Rusia por su actitud en relación al conflicto en el este de Ucrania. Dijo que «es pronto para hablar de ello», pero reiteró su deseo de mejorar las relaciones entre la Casa Blanca y el Kremlin.

Por contra, May, que aboga por cooperar con el presidente ruso, Vladimir Putin pero «teniendo cuidado», insistió en que las sanciones deben mantenerse hasta que los Acuerdos de Minsk estén completamente implementados.

Conversación telefónica

La polémica sobre el muro que Trump se propone construir en la frontera con México siguió coleando ayer. Analistas advirtieron de que al enfrascarse en una pelea con México con su insistencia de que será el vecino del sur el que pague el muro, Trump enoja a un socio estratégico que podría responder con una guerra comercial y una menor cooperación para contener la inmigración irregular.

Quizás por eso, y para revertir un desencuentro que ha provocado la mayor crisis diplomática en décadas entre estos vecinos, Trump y su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto –que el jueves aceptó la sugerencia del primero y canceló su visita de la próxima semana a Washington–, conversaron ayer por teléfono alrededor de una hora.

Trump, que insistió en que México se ha aprovechado de EEUU con «enormes déficits comerciales» y «su poca ayuda en la muy débil frontera», aseguró que «vamos a trabajar en una relación justa».

El Gobierno mexicano destacó que acordaron resolver sus diferencias sobre el pago del muro como parte de una discusión integral de todos los aspectos de la relación bilateral y no hablar públicamente sobre ello.

Amenazas para una nueva era

Por otro lado, aunque EEUU ya había anunciado un giro a su política respecto a la ONU, su nueva embajadora ante el organismo, Nikki Haley, explicó ayer que el plan pasa por demostrar su fuerza como máxima potencia, actuar contra quienes no respalden sus posturas y recortar todo aquello que considere innecesario en Naciones Unidas.

«Es el momento de la fuerza, de la acción, de hacer cosas», dijo Haley, quien no dudó en amenazar a quienes se opongan a las políticas de EEUU. Según señaló, Washington va a apoyar a sus aliados, pero también va a asegurarse de que tiene su respaldo y actuar si eso no ocurre. «Vamos a anotar nombres y nos aseguraremos de responder adecuadamente», sostuvo.

 

Pence proclama la victoria del movimiento antiabortista

Impulsados por el apoyo de Donald Trump y convencidos de tener ahora el viento a su favor, decenas de miles de manifestantes –la mayoría pertenecientes a grupos organizados– protestaron ayer contra el aborto en Washington.

«Nos encontramos en un punto de inflexión histórico», señaló el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, quien proclamó la victoria del movimiento antiabortista durante la llamada «Marcha por la vida» que cada año recorre la capital estadounidense coincidiendo con la fecha en que en 1973 se legalizó el aborto en todo el país.

El político ultraconservador es el primer vicepresidente estadounidense en el cargo que lidera esta marcha, que celebró este año su 44 edición y tiene el impulso de organizaciones religiosas de todo el país.

El mensaje de Pence, habitual de esta y otras marchas similares, fue que el movimiento antiabortista «está ganando de nuevo» en el país con la victoria electoral de Donald Trump y el Congreso en manos republicanas.

«Él (Trump) me dijo que estuviera aquí con vosotros, que os agradezca el apoyo y la compasión que tenéis por las mujeres y niños de Estados Unidos», afirmó, poco después de que Trump expresara su «apoyo total» a la marcha a través de la red social Twitter. «No descansaremos hasta que restauremos la cultura de la vida en Estados Unidos», prometió Pence.

Trump tuvo que esforzarse en su campaña por despejar cualquier duda sobre su posición sobre el aborto, tras la apertura que mostró en el pasado, y logró pacificar a este sector prometiendo nominar jueces contrarios al aborto para el Tribunal Supremo y eligiendo a Pence como vicepresidente. Pence es la garantía para los republicanos más beligerantes en temas sociales como aborto o matrimonio gay, tal y como le avala su historial ultraconservador como congresista y como gobernador de Indiana.

Los manifestantes recorrieron en trayecto entre la Casa Blanca y el Tribunal Supremo, dos instituciones de las que esperan mucho ahora. En particular, ayer solicitaron una orden ejecutiva para dejar de financiar el programa Planned Parenthood, la mayor red de planificación familiar de EEUU.GARA

 

Visita al Pentágono con el ISIS como objetivo

Donald Trump realizó ayer su primera visita al Pentágono, para reunirse con el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Joseph Dunford, y presidir la toma de posesión del secretario de Defensa, James Mattis «Perro loco», con la intención de aumentar los poderes presidenciales en la lucha contra el Estado Islámico (ISIS) y acelerar las operaciones contra reductos yihadistas. Según la CNN, Trump iba a pedir que se le presente en un plazo de un mes una lista de opciones para acelerar la lucha contra el ISIS en Siria e Irak que puedan ponerse en marcha con simples órdenes ejecutivas. Los planes, que se diseñan desde hace semanas, podrían incluir el aumento de tropas, un mayor uso de las Fuerzas Especiales, la utilización de helicópteros en apoyo de tropas locales y una mayor autoridad a los mandos militares estadounidenses.GARA