El senador de ERC Santi Vidal anunció ayer que renunciará a su acta de senador después del revuelo causado tras la revelación, por parte de “El País”, del contenido de algunas charlas ofrecidas a lo largo y ancho del país sobre el proceso soberanista, en las que hablaba de asuntos como un presunto preacuerdo de Catalunya con la OTAN o de que el Govern habría obtenido los datos fiscales de todos los catalanes de forma ilegal. Las revelaciones de Vidal fueron rápidamente desmentidas tanto por el Govern como por la propia Esquerra y el hasta ayer senador informó a través de una nota de prensa que hizo «unas declaraciones en un tono coloquial, intentando ser didáctico sobre el proceso, pero es evidente que, tomadas literalmente, no se ajustan a la realidad».

Pese a la dimisión exprés de Vidal, los partidos unionistas aprovecharon el autogol soberanista para denunciar la acción del Govern, mientras que en el seno del independentismo se generalizó la crítica a Vidal, de quien lamentan la indiscreción en temas en los que desde el soberanismo siempre se ha insistido en actuar con sigilo. El desmentido del Ejecutivo catalán, sin embargo, no fue suficiente para la Fiscalía, que ayer anunció que iniciará una investigación para esclarecer si las revelaciones de Vidal son ciertas o no. El Govern aseguró poder demostrar que no ha incurrido en actuaciones de carácter ilegal.

Vidal llegó al Senado después de ser fichado por ERC el año pasado. Antes ejercía de juez en la Audiencia provincial de Barcelona, pero fue expulsado de la carrera judicial por haber participado en la elaboración de un borrador de Constitución catalana.